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Opinión

EL MODELO PARA ARMAR DE PEROGRULLO

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Por JOSÉ LUIS FIGUEROA GONZÁLEZ / MASEUAL

*  Propuesta curricular 2016, verdades verdaderas y venta de utopías

Jojutla, Morelos, México, 15 de agosto de 2016.-  Un clásico de la tradición literaria perdida en el tiempo y el espacio es la capacidad de enunciar verdades indiscutibles, es la típica forma de razonar de Pedro Grillo o Perogrullo que dice cosas tan irrefutables como que “a la mano cerrada le llaman puño e inclusive le siguen llamando así”. Perogrullada es la frase que no falla por contundente, como decir “queremos un México libre, justo y próspero” o como “necesitamos un ciudadano crítico, reflexivo, participativo y capaz de desarrollarse y auto controlarse”, etcétera. Emplear perogrulladas puede ser el inicio de una discusión para ir al fondo de un asunto y detallar su estructura junto con las demás implicaciones; pero también puede intentar presentarse como el argumento determinante y referencial de las acciones que se deriven. Así, el Modelo Educativo 2016 y la propuesta curricular que lo acompaña empiezan por acotaciones tan indiscutibles como proponerse que el egresado de educación básica desarrolle habilidades de comunicación en español, inglés y en su caso, lengua materna; sea capaz de resolver problemas que implique pensamiento matemático, desarrolle la autoestima, los valores, cuide su salud, actúe con sentido ético, trabaje en equipo, ame a México, conozca su historia, sea cuidadoso con el medio ambiente, desarrolle la creatividad, conozca y practique el arte y la cultura, etcétera. El resultado global deberá reflejarse en un ciudadano libre, responsable, que piense de manera analítica, creativa y crítica, entre otras cualidades (Propuesta Curricular 2016, p. 8-39). Es para quedarse sin chistar, pero existe la distancia entre el dicho y el hecho.

En la presentación de la Propuesta Curricular 2016, el secretario de educación Aurelio Nuño Mayer asegura que se tomaron en cuenta 18 mil ponencias de maestros y otros actores, pero sin especificar de qué consulta se trató y con la discordancia de que una voz unánime del magisterio es la de no haber sido consultado. Para infortunio de Nuño Mayer la realidad lo contradice por el hecho de haber empezado por la evaluación de los profesores y por las consecuencias de despido. Más de tres años de gobierno se necesitaron para presentar un proyecto pedagógico que se pretende aplicar en plena época electoral 2017-2018. Salvo pinceladas de cierto interés para la discusión, la tardía propuesta se va en repetir proyectos de antaño y en una mezcolanza de conceptos y acciones que se notan descoordinados con la diversa y antagónica realidad socioeconómica de las distintas regiones del país. La Propuesta Curricular 2016 presenta una clasificación de contenidos en tres componentes que se pretenden novedosos y acordes con la trillada ilusión de mejorar la calidad de la educación. El primer componente denominado “Aprendizajes clave” se presenta como los conocimientos básicos y estandarizados a todos los alumnos de educación básica; los críticos han cuestionado este componente apuntando que se trata de un nuevo enciclopedismo o lo que Paulo Freire llamó “educación bancaria”; es decir, lo que a fuerzas tienen que aprenden los niños y jóvenes para ser considerados aptos en la llamada “Sociedad del conocimiento”. También se hace notar como una gran ausencia la no apertura a la construcción de conocimiento o la apropiación de métodos científicos para procesar la información y elaborar ideas propias. Cierto es que se retoma el principio de aprender a aprender pero confundiéndolo

con el de aprender a conocer. También ha aparecido el señor Nuño diciendo que se busca formar alumnos que hagan hipótesis, como asumiendo que así desarrollarán el pensamiento científico pero el proceso de investigación científica es más complejo y requiere no sujetarse a “aprendizajes clave”.

Las críticas anteriores podrían ser refutadas señalando que por eso se consideró otro componente curricular denominado “Autonomía curricular” para que se incluyan contenidos de mayor profundización que los aprendizajes clave, contenidos regionales y locales, mayores oportunidades para el desarrollo personal y social, otros contenidos relevantes e incluso proyectos de impacto social. Esta es una de las pinceladas para su mayor discusión en los Consejos Técnicos Escolares (CTE) porque al parecer se da respuesta a las observaciones en contra del currículum determinado y excluyente de los contenidos de interés regional y local. El riesgo es que la llamada “Autonomía Curricular” no se sustente en un diagnóstico confiable para decidir sobre contenidos que no sean derivados de modas o preferencias de autoridades o peor aún de intereses comerciales. Es una interesante posibilidad pero requiere el compromiso de los profesores para asumirlo con ánimo de construir hegemonía popular.

El tercer componente curricular se denomina “Desarrollo personal y social” y plantea la búsqueda del desarrollo corporal para el cuidado de la salud física, el desarrollo de las capacidades artísticas y de la creatividad, así como un necesario desarrollo emocional. En la idea de promover el desarrollo integral de la personalidad apunta bien este componente, sin embargo no puede entenderse como separado de los demás aprendizajes. Se propone una sesión de 30 minutos a la semana para la reflexión emocional además de que en todo momento el maestro aproveche las situaciones que permitan hacer notar la importancia del control personal de las emociones; se admite que el ámbito familiar es de la mayor importancia en ese aspecto pero se busca reconocer que algo se puede hacer desde las aulas. En este aspecto hay al menos dos posiciones sobre el trabajo emocional, la que recurre a la venta de cursos y talleres que prometen que haciendo catarsis de llanto con padres y niños se alivianan las penas y se relajan los sujetos. La otra es que se necesita una visión holística de apoyo mutuo donde los conocedores de las situaciones emocionales son sus protagonistas y parte del conocimiento, el análisis crítico de la realidad y la toma de posiciones de cambio trascendente por los afectados. Los primeros núcleos de fortaleza emocional necesitan ser los equipos de docentes en las escuelas mediante la revisión de las estructuras de poder entre compañeros, con las autoridades educativas y con los padres de familia. Esto es, los problemas de relaciones humanas reales y específicos están en las escuelas –otra perogrullada- y ahí se resuelven, se mantienen o se complican.

Lo anterior apunta que el análisis crítico del Modelo Educativo 2016 no puede ser limitado a contestar un cuestionario que les aplicarán a los maestros para señalar en qué sí o en qué no están de acuerdo. Para el maestro burócrata será así de simple, pero para el docente crítico y constructor de alternativas será mucho más que seguir los instructivos para las sesiones iniciales del CTE en el ciclo 2016-2017. Tendrá que hacerse el esfuerzo para leer intenciones y descubrir supuestos subrepticios sin caer en el rechazo de todo sin fundamento. Por ejemplo,

no se puede ignorar el hecho de que la propuesta curricular y el nuevo modelo se presenten en el marco de la gran protesta nacional en contra de la reforma educativa peñista; resulta difícil no leer una intención de apagafuegos y la distracción del punto más crítico, la evaluación punitiva que sigue adelante. No es posible desatenderse de la evidente necesidad del modelo económico neoliberal de deshacerse de un magisterio que concibe estorboso por su estilo protestón, aguerrido y vinculado a las luchas sociales. Por lo mismo es paradójico que el currículum oficial proponga el desarrollo del pensamiento crítico y que esa bandera nos confunda creyendo eso de la flexibilidad y la creatividad posibles en un entorno autoritario. El problema de fondo es que este sistema económico y de gobierno ha despojado a los educadores de la confianza y el reconocimiento que requieren para hacer de la educación pública un motor de desarrollo económico y social. Lo idóneo sería un cambio de políticas de gobierno –como ocurre en países de gobiernos progresistas enfilados al bienestar social- para crear la escuela donde se vivan los valores y avances sociales; pero como no es así, entonces el educador popular tiene que imaginar, debatir, luchar por un modelo de educación sustentado en el derecho universal a la educación y los demás derechos humanos.

Para infortunio de Peña Nieto y Nuño Mayer junto con los que apoyan su repudiado estilo de gobernar, el Modelo Educativo 2016 llegó retrasado y en el peor momento de contradicción entre distintas fuerzas sociales. Mucho de lo contenido en la propuesta “pedagógica” huele a artimaña y no se puede librar de un enredo de exposiciones, declaraciones y actuaciones totalmente incongruentes entre sí y cuya explicación más corta es el intento de acabar definitivamente con la resistencia magisterial; para desgracia de los mismos se trata de una resistencia de muchos años y enraizada en amplias bases sociales o sea no es tan sencillo como confundir, reducir y eliminar. Por un lado se presume el modelo, por otro Nuño declara que están listos los reemplazos para los maestros “reprobados”; en lo álgido del movimiento se detienen líderes magisteriales y para “mostrar voluntad negociadora” se liberan “pero sin absolverlos”, demostrando cómo se puede usar el poder judicial para estirar la cuerda según caminen los procesos de resistencia-negociación-nueva resistencia-nueva negociación.

Como truco para evadir el reclamo de abrogación de la reforma educativa pueden ser un distractor temporal los foros de consulta en los Consejos CTEs y otros medios. Ya sabemos lo que sucede con esas consultas, miles y miles de propuestas sirven para el desahogo y para aducir democracia participativa pero en la realidad los centros educativos no se transforman porque se llenen cuestionarios. En este caso es una prioridad que los CTE se asuman como colectivos de análisis crítico de la realidad y tomen decisiones de trascendencia pedagógica, tal vez empezando por detectar mediante diagnóstico aquellos hábitos que contradicen el desarrollo pleno de los educandos. Es básico detectar las contradicciones entre la propuesta oficial y las propias condiciones, necesidades y realidades en cada ámbito escolar. Es importante convertirse en educadores indagadores de su realidad y constructores de proyectos escolares propios basados en principios de educación realmente humanista que promueva la solidaridad y el bienestar social. No perder de vista que la evaluación punitiva sigue viva y avanzando y por lo mismo darse cuenta de que llegó el momento de vincular lo pedagógico con lo político y viceversa.

Una muestra de espíritu crítico ante el nuevo modelo educativo es dejar de sentirse impactado por la constante apelación al concepto de calidad educativa porque no es un concepto esclarecido con precisión; de manera encubierta se alude a una calidad en la formación de mano de obra para la competencia global por la producción y venta de mercancías de toda índole, a la vez que se la quiere disfrazar de pedagogía humanista y crítica a sabiendas de cuál es el resultado final que se persigue. En este río revuelto se miran ganadores los de siempre con la imposición de modos de vida basados en la explotación del trabajo; será así si continuamos dejando de lado nuestras capacidades constructivas de ideales y proyectos de transformación real.

El gatopardismo pretende confundirnos y regresarnos a dónde estábamos al inicio de la lucha o todavía más atrás. La propuesta es identificar y rebatir las incongruencias comparando teoría educativa, dichos y hechos. Ante verdades “pedagógicas” de Perogrullo, proyectos pedagógicos sustentados y concretos. En lo general dos proyectos irremediablemente antagónicos definen la escena de confrontación social: el proyecto cuasi unitario de la pedagogía del neoliberalismo y el proyecto rico en diversidad de la educación popular. La solidaridad entre los equipos de trabajo de cada escuela consiste en ayudarse a escapar de las confusiones y a no morir en el intento de armar un modelo pedagógico más allá de Perogrullo. El diagnóstico escolar específico debe ser la base del inicio de operaciones destinadas a la configuración de un modelo pedagógico consensuado en cada escuela, aprobado e impulsado por el CTE, padres de familia y la comunidad. El maestro disidente tiene ante sí un reto de particular relevancia, se trata ni más ni menos que aprender a actuar y profundizar como educador popular con un dominio cada vez mayor de la teoría crítica de la educación y con un desempeño en la práctica a la altura de los actuales desafíos.

El instructivo para armar el Modelo Educativo 2016 y su propuesta curricular basados en la enunciación de verdades verdaderas o de Perogrullo será una propuesta más como tantas que hemos visto pasar. Los conflictos sociales tendrán tal vez cierta tregua pero no se resolverán. Queda preparase para más resistencia y para mayor presencia del magisterio en rebeldía en los escenarios de contienda ideológica, política y pedagógica.

 

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