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Columna

MÉXICO DEL NORTE

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Por JORGE MÚJICA MURIAS / MASEUAL

*  Votando Aquí…

Chicago, Illinois, Estados Unidos de América, 27 de abril de 2018.- Hace unas semanas una ciudad del estado de Maryland, ahí pegadito a Washington, a unas cuantas millas de la Casa Blanca, votó para darle autorización de participar en las elecciones a prácticamente todo el mundo. Y con todo el mundo se refieren a todas las personas que vivan dentro de los límites de la ciudad, sean o no ciudadanos, tengan o no tengan papeles de inmigración.

No estuvo tan facilito. El voto en el Ayuntamiento estaba empatado, y el Alcalde y por ende presidente del Ayuntamiento le tuvo que entrar al quite para desempatar. El caso es que todo el mundo en la ciudad de College Park podrá votar en las elecciones, hasta los estudiantes internacionales con visa de estudios.

Es una idea que se está extendiendo poco a poco. En San Francisco y Chicago hay elecciones en las que los no-ciudadanos pueden votar, como las de Consejos Escolares Locales, comités electos de maestros, alumnos y representantes de los padres de familia y residentes de los distritos escolares.

Pero hasta ahí. De hecho esta semana, al lanzar la “Credencial Clave de Chicago”, una identificación que cualquier residente de la ciudad puede obtener, el Alcalde Rahm Emanuel aclaró que “sirve para todo pero no para votar”.

En College Park la regidor Christine Nagle dice que ni siquiera es una cuestión política, sino de “intereses compartidos con nuestros vecinos, la basura, la nieve, los parques públicos, sean ciudadanos o nó”.

Para votar en College Park habrá que tener 18 años, no estar en la cárcel y no estar registrado para votar en otro lado. La ciudad tiene 32 mil residentes, y uno de cada cinco son inmigrantes, incluidos 3 mil 600 estudiantes internacionales de 150 países en la Universidad de Maryland.

Siguieron el ejemplo de Hyattsville y Mount Rainier, en el Condado de Prince Georges, y de las ciudades de Takoma Park, Barnesville, Garrett Park, Glen Echo, Martin’s Additions y Somerset en el Condado de Montgomery.

Hasta 1926, 40 estados de Estados Unidos permitían el voto a los no ciudadanos, y se suspendió por racismo, fobia y miedo a los inmigrantes.

Botados de Allá

Y esa miedo a los migrantes de hace casi 100 años parece continuar en México contra los que las condiciones nos botaron de allá. Hace una docena de años se aprobó lo que yo le llamo el “voto mocho”, la posibilidad de que los mexicanos votáramos desde el extranjero. Y le digo voto mocho porque es un voto a medias, calculado para que en realidad pocos voten.

Primero había que ir a México a conseguir la credencial de elector, mentir diciendo que uno vivía en algún lugar en México, no en el extranjero (lo cual legalmente calificaría como fraude pero el Instituto Federal Electoral nos obligaba a mentir), y después reconocer que en realidad vivimos acá, cambiar el padrón, esperar a que nos mandaran la boleta y devolverla por correo certificado. De los 10 millones más o menos de mexicanos en el exterior, hemos votado poco menos de 50 mil en cada elección.

El cambio del IFE al INE no eliminó las trabas. Ahora se pueden solicitar credenciales en algunos consulados, pero los demás trámites siguen atorando el voto real. Por ejemplo, los más de 500 mil mexicanos que tramitamos nuestra credencial antes del primero de septiembre de 2017, estamos obligados a “manifestar nuestra voluntad de votar en las elecciones de 2018 desde el extranjero”, presentando nuevamente una constancia actualizada de domicilio.

Este doble trámite, que no se le pide a nadie en México, rebajó el número de posibles votantes de medio millón… a 65 mil.

Según el INE, 105 mil 104 mexicanos se registraron en el padrón del exterior, pero de ellos el INE “confirmó y dictaminó como procedentes 65 mil 675 solicitudes”. Unos 35 mil mexicanos que viven en el extranjero y sacaron en México su credencial formalizaron su intención de votar desde extranjia, y casi 70 mil que sacaron credencial por acá también. Desde Estados Unidos votaríamos 83 mil 294, unos 4 mil desde Canadá, 2 mil 788 desde España, 2 mil 398 desde Alemania, y menos de 2 mil desde el Reino Unido, Francia, Holanda, Italia, Suiza, Australia y 5 mil más del resto del planeta.

Por qué rebotaron casi a la mitad de los solicitantes no se ha explicado. A la mejor porque nos faltó la copia verde del papelito azul y cuarta copia al carbón era ilegible… O a la mejor porque nunca se trató de que votáramos, sino solamente de taparle el ojo al macho.

O por simple miedo. Tienen miedo porque no saben cómo vamos a votar, por quién vamos a votar. Porque no nos pueden comprar el voto y porque saben que podríamos cambiar la historia. Y eso apanica a los partidos políticos mexicanos.  mexicodelnorte@yahoo.com.mx

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