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Columna

MÉXICO DEL NORTE

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Por JORGE MÚJICA MURIAS / MASEUAL

*  A las Rejas Sin Derechos

Chicago, Illinois, Estados Unidos de América, 28 de junio de 2018.-  El tema de los niños encarcelados, enjaulados, separados de sus padres en la frontera ocupa estos días las primeras páginas de los medios de comunicación, y también las conciencias de la población pensante en Estados Unidos.

              Más vale tarde que nunca, y lo digo porque esta situación no es que digamos muy nueva. Desde hace muchos años, la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, de la Administración de Niños y Familias, parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos, se ha hecho cargo de miles de niños. La Oficina fue creada en 1948, específicamente para lidiar con los refugiados europeos después de la Segunda Guerra Mundial, y desde 2003, con base en la Ley de Seguridad Nacional, se hace cargo de los niños extranjeros que no están acompañados de un adulto.

              En total, por ahí han pasado según sus propios reportes, 175 mil niños. Una decisión legal particularmente importante para ellos fue el Acuerdo Flores, en 1997. En 1985

Jenny Lisette Flores, niña salvadoreña de 15 años cruzó la frontera desde México y la agarró la Patrulla Fronteriza. La metieron en un centro de detención con adultos, le hacían registros desnuda cada día y le dijeron que solo sus padres podían reclamarla, indocumentados también.

              El Centro de Derechos Humanos y Leyes Constitucionales demandó en su favor diciendo que violaban sus derechos constitucionales. Dos años después sus padres firmaron un acuerdo con el gobierno sobre las condiciones en que la niña podía ser liberada, pero un juez en California lo rechazó diciendo que era insuficiente y aún permitía hacer registros a un menor de edad desnudo e impidió su liberación hasta que fuera mejor regulada la detención de menores. De paso, ordenó que todos los niños tendrían derecho a una audiencia con un juez. En 1990 otra corte desestimó esta orden, y un año después otra corte la reafirmó. En 1993 la Suprema Corte de (in)Justicia se hizo cargo de la controversia, dictaminando que los menores de edad sin acompañantes no tenían derechos constitucionales para ser liberados excepto para reunirse con sus padres o parientes cercanos, y de paso que no tenían derecho automático a una audiencia con un juez de inmigración.

Las Jaulas de Oro

Eso sí, se establecieron las reglas para enjaular o liberar a los niños: 1- Tienen que ser liberados “sin dilación” a sus padres, parientes adultos o a “programas con licencia que los acepten”. 2- O ponerlos en centros “menos restrictivos” apropiados a su edad y necesidades. 3- El gobierno debe proporcionarles agua y comida, asistencia médica “si tienen necesidad de servicios de emergencia”, sanitarios y lavabos, controles de temperatura y ventilación, supervisión para protegerlos de otros niños, facilitar contacto con los familiares que fueron arrestados con el menor, y evitar contacto con adultos que no estén relacionados con ellos “cuando esto sea posible”.

              O sea, conque les den de comer, los niños pueden ser detenidos hasta cumplir la mayoría de edad siempre y cuando no sea en un “centro de detención”. Ya después, en una cárcel común y corriente. Hace un par de años Texas quería bajar los requisitos legales para registrar una “guardería”, para que las cárceles pudieran calificar como tales, pero no lo pudieron lograr.

              Según el Acuerdo Flores, los niños deben dejar los “centros de detención” a más tardar a 20 días de su detención en la frontera, y eso es lo que El Trompas quiere no hacer. Está buscando cómo darle la vuelta al Acuerdo Flores porque es eso, un acuerdo, no una ley. Un reglamento emitido por el fascista Jeff Sessions, Secretario de (in)Justicia de El Trompas podría eliminar el acuerdo.

                  Por el momento, la oferta de El Trompas es simplemente enjaular familias completas, para no separarlas.

                   Y ahí está el punto de todo lo anterior y toda la historia. La situación no es nueva, lleva décadas, pero los migrantes contamos ahora con la atención del público. Esto no había sucedido desde las grandes marchas migrantes del 2006, cuando volcamos la olpinion pública en nuestro favor. La sociedad, mayoritariamente blanca, está en contra de enjaular a los niños y de separarlos de sus familias, y están dispuestos a movilizarse por nosotros.

                Hay que agradecerles, ¡y movilizarnos nosotros mismos!  Y al hacerlo, hay que recordarles de paso que hay medio millón de niños separados de sus padres por las deportaciones de los últimos dos presidentes, en su mayoría también ciudadanos estadounidenses, y que hay que parar también esas separaciones.

                Ya de paso, por no dejar, hay que recordarles que el origen de todo esto es el apoyo de Estados Unidos desde siempre, a golpes de estado, asesinatos de presidentes y líderes políticos en nuestros países, ejércitos asesinos entrenados por la tristemente famosa Escuela de las Américas, y a la brutal colonización de nuestros países para extraer sus recursos naturales y sus riquezas de mano de obra. Bueno, tal vez eso ya sea mucho pedir… mexicodelnorte@yahoo.com.mx

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