Log In

Columna

MÉXICO DEL NORTE

Pin it

Por JORGE MÚJICA MURIAS / MASEUAL 

De Acá Pa’llá

 

Chicago, Illinois, Estados Unidos de América, 9 de agosto de 2018.-  De nuevo, aunque poco escuchado en las noticias, hay una “crisis en la frontera”. Pero esta vez no se trata de los niños que supuestamente estaban invadiendo Estados Unidos, ni de sus padres “irresponsables” que los traen.

               Es más, ni siquiera se trata de la frontera entre México y Estados Unidos. La “crisis” actual está del otro lado, al otro lado del país, en el norte, en la frontera de Canadá.

               Desde el principio del año pasado, más de 30 mil personas han cruzado la frontera entre Estados Unidos y Canadá, por lugares no muy legales que digamos, para solicitar asilo político en el país del norte. Según la mayoría de los canadienses declararon en una reciente encuesta, un 67 por ciento, esto amerita el calificativo de “crisis”. Los números han aumentado a una velocidad impresionante: entre febrero y marzo de 2017 solo cruzaron 409 personas, pero de abril a junio cruzaron más de 2 mil, y entre julio y septiembre más de 8 mil.

               No parece crisis, si uno lo piensa en términos de número, pero si lo es en cuanto a lo que pasa después de que estos inmigrantes cruzan y solicitan asilo o refugio. De los 30 mil, poco más de 20 mil están en proceso de revisión de su caso, y los números van aumentado también por la imposibilidad de las autoridades de procesar tanto caso junto. Además, lo que si hay es una crisis de alojamiento para estos solicitantes. Ningún gobierno se puede sacar miles de viviendas de la manga para hospedar a sus inesperados huéspedes.

               Parte de la responsabilidad en el aumento a los números es de algunos ciudadanos estadounidenses que haciéndola de buenos samaritanos han estado ayudando a los inmigrantes a cruzar la frontera hacia el norte. En lenguaje de la frontera sur, son auténticos “coyotes” de nacionalidad estadounidense que ayudan inmigrantes a cruzar sin papeles una frontera internacional. Ayudan por igual a palestinos, colombianos, inmigrantes de Ghana y Nigeria, Haití, Zimbabue y Paquistán y otro montón de nacionalidades.

 

De Allá Pa’cá

 

               Una de estas personas es Janet McFetridge, que si sale al jardín de su granja en la región de los Adirondack prácticamente está en Canadá. Janet recibe a los inmigrantes, les regala unas papas fritas, agua potable y le avisa a la patrulla fronteriza canadiense que alguien está cruzando. Como su jardín no es un puesto fronterizo, la entrada a Canadá es literalmente “irregular”, así que el inmigrante es llevado a un centro oficial y se tramita su petición de asilo o refugio porque ya estaba en suelo canadiense cuando lo hizo.

               Dos puntos dos: uno, este es el mismo proceso que se sigue en la frontera sur cuando alguien pide asilo o refugio, nomás que en el sur lo mandan a un centro de detención y lo separan de sus niños, a los cuales mandan a otro centro de detención, esos donde estaban las jaulas. En Canadá lo llevan a uno a un dormitorio de la universidad, por lo menos durante el verano, o a un asilo en invierno. No hay arresto, no hay jaulas. Dos, la razón por la que estas personas están cruzando a Canadá es por miedo a El Trompas Donald.

Son personas que vinieron originalmente a Estados Unidos y pidieron asilo aquí pero tienen miedo de que sus casos se rechacen y sean inmediatamente puestos en proceso de deportación. Están libres porque se consideró que sus casos “tenían mérito”, es decir que podrían obtener el asilo, pero no se quieren arriesgar porque si pierden el caso los arrestaran inmediatamente y serán deportados. En otras palabras, son dobles refugiados, y por consecuencia dobles víctimas, primero de su país de origen y después de las políticas terroristas de El Trompas.

               En curiosa compensación, la Patrulla Fronteriza gringa asignada a la frontera norte reportó este lunes que también hay algunos números aumentando en sentido contrario. Más personas están cruzando sin papeles de Canadá a Estados Unidos. En los primeros seis meses del año la Migra de allá al norte arrestó a 184 personas que entraron a Estados Unidos desde Canadá. Se quejan de que la frontera mide más de 5 mil millas, unos 9 mil kilómetros, y que es imposible de vigilar.

               La mayoría, dicen, de los detenidos, son de origen mexicano, porque “los mexicanos no necesitan visa para Canadá” y se están “aprovechando de tal situación”.

               Hicimos esa predicción hace años aquí en un “México del Norte”. Sale más barato el vuelo a Canadá que pagarle a un coyote y cruzar el desierto…   mexicodelnorte@yahoo.com.mx

MASEUAL Noticias, es un sitio de información periodística en internet, con más de 17 años de experiencia

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Log In or Create an account