Miliano

Editorial

Cuernavaca, Morelos, México, 8 de agosto de 2019.-  La lucha, honradez, el ejemplo, la tenacidad, la valentía (interprételo como guste), la grandeza de sus ideales del general, Emiliano Zapata Salazar, hacen de su figura, desde luego, algo demasiado grande, tanto, cuya figura cae de gran peso en quien pretende hacer referencia a él.

Ni el presidente de la República Mexicana, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que con somnolienta verborrea da ínfulas de ser de pensamiento “liberal” y revolucionario ha podido con el peso demoledor de Miliano.

Mandatarios van y vienen y lo único que demuestran es su inutilidad, todo lo contrario a mostrarse dignos de un ideal contundente de verdadero beneficio al más necesitado de este país, como lo llevó hasta la muerte el generalísimo Zapata.

López Obrador, ha tenido un par de oportunidades históricas para rendir merecido homenaje al héroe más puro de la Revolución Mexicana y lo único que ha logrado es atorarse en palabrerías; su discurso de palabras retardadas es recordar la historia resumida de los libros de historia de educación primaria. No ha sido capaz ni de resaltar el cúmulo de traiciones que sufrió Zapata y el zapatismo, por parte del mismo Francisco I. Madero, de la verdadera traición de Venustiano Carranza y los crímenes de lesa humanidad que se cometieron en Morelos, por órdenes, precisamente, del despótico Carranza.

En fin, el establecer oficialmente el Año de Zapata, este 2019, no va más allá que la demagógica propuesta del mismo Porfirio Díaz y Francisco I. Madero de pretender corromper a Zapata y sus ideales, haciéndolo hacendado. Y esto, por ejemplo, así se entiende, cuando el mismo López Obrador, promete apoyo a los pueblos morelenses que se manifiestan contra la termoeléctrica y después impunemente les dice que no y los descalifica; de la misma forma se entiende cuando, lleva más de un año con promesas de que las cosas van a estar mejor en México, pero por el otro afirmando que le dejaron múltiples problemas, un cochinero, los gobiernos anteriores. A propósito, estamos viviendo el Año de Zapata y ni siquiera los sitios históricos del general permanecen olvidados.

En fin, Emiliano Zapata, se aprecia, permanecerá muchos años más siendo el gran peso incómodo y aplastante contra los corruptos gobiernos de México, tanto como lo fue durante la dictadura priísta, los años de retroceso de la panista y actualmente con el supuesto régimen progresista de AMLO, al menos que reconsidere y empece a entregar resultados positivos y palpables para el pueblo.