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Columna

TIEMPOS MODERNOS

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Por JAIME LUÍS BRITO / MASEUAL

No se olvida

 

El 2 de octubre de 1968 representa el rompimiento social, político y cultural de la juventud con un régimen represivo y agónico; de ese movimiento surgieron las expresiones más importantes de transformación social del país; las mujeres jugaron un papel fundamental

 

Cuernavaca, Morelos, México, 2 de octubre de 2019.-  La píldora anticonceptiva, creada unos 15 años después de que concluyera la Segunda Guerra Mundial, trajo como consecuencia, entre otras cosas, que las mujeres pudieran por primera vez decidir si querían tener hijos y cuándo los querían tener, y por lo tanto, pudieron formar parte de la moratoria social llamada juventud.

A finales de los años 60, las mujeres luchaban a brazo partido para acceder a todos los espacios de la vida pública. Uno de ellos, el más importante, fue la educación superior. El movimiento estudiantil de 1968 en México, no hubiera sido, sin las mujeres. Ellas, contribuyeron codo a codo en la organización de las brigadas, en las marchas, en los mitines, en las asambleas relámpago. Codo a codo.

El mundo vivía una liberación que en Estados Unidos estalló a propósito de la fatídica guerra de Vietnam, en Europa debido a la opresión de los régimenes totalitarios y en México, porque el régimen revolucionario se había institucionalizado tanto, que había hecho de la represión su principal cara. Las mujeres se descubrieron jóvenes y el mundo se agitó.

Con la píldora llegó la minifalda y con la música que Chuck Berry y Elvis Presley prefeccionaron y luego popularizaron por todo el planeta grupos como The Beatles, The Doors, Pink Fluid, Rolling Stones, entre otros, llegó la liberación cultural y sexual que hizo más plena la vida de aquellos jóvenes que se asumieron realistas y exigieron lo imposible.

No fue casual aquel movimiento, provenía de la ruptura cultural de la nueva generación, la del 68, con las anteriores. El mundo no sería el mismo a partir de entonces y las generaciones provenientes sólo buscarían en la anterior los vasos comunicantes de la lucha por la transformación social. Los jovenes, pero sobre todo, las jóvenes, descubrieron que podían decidir sobre su cuerpo y luego, sobre el mundo.

Dios estaba muerto y el LSD abría las puertas de la percepción que hacía a un lado la visión del positivismo lógico y la construcción de nuevos marcos teóricos que respondieran a la explicación, pero sobre todo, a la transformación de las relaciones de la sociedad conservadora y costumbrista de ese entonces. Incluso las nuevas metodologías participativas tuvieron un enorme auge en todos los espacios de la vida académica, científica y social.

El rompimiento de 1968 no fue sólo social, fue cultural y de pensamiento. Miles de jóvenes decidieron después del 2 de octubre pasar a la clandestinidad. Los movimientos más importantes de la izquierda en el siglo XX fueron catalizados a partir de esa fecha. Ese movimiento sólo fue posible a partir de la participación de las mujeres que hoy siguen abriéndose camino ante la desigualdad y la inequidad persistentes.

Por eso, en esta fecha, es fundamental el papel histórico de los jóvenes, pero particularmente el de las jóvenes, quienes rompieron con muchos tabues entonces y hoy siguen luchando contra los actuales. ¡2 de octubre, no se olvida!

Twitter: Patrio74

Facebook: JaimeLuisBritoV

 

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