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Estado Opinión

REFORMA EDUCATIVA: CRÍTICAS, RESISTENCIAS Y ALTERNATIVAS

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Por JOSÉ LUÍS FIGUEROA GONZÁLEZ / MASEUAL

Jojutla, Morelos, México.-  La reforma educativa peñista ya empieza a producir las anécdotas que algún día le contaremos a nuestros nietos. Una de ellas dice que el director del Instituto de la Educación Básica en el Estado de Morelos (IEBEM) tuvo a bien recibir a maestros opositores a la mentada reforma para “dialogar” sobre las acciones derivadas, principalmente la evaluación del desempeño docente. Nos cuentan que el resultado de dicha reunión fue el acuerdo de elaborar un documento de rechazo a la punitiva evaluación para que lo firmen los inconformes y se haga entrega a diversas instancias como el gobierno del estado, el congreso y etcéteras. El supuesto de esta acción es que el Profr. Celerino Fernando Pacheco Godínez “demostrará” con ese legajo de documentos firmados –al menos por la inmensa mayoría que ha participado en las marchas- a las autoridades superiores que en Morelos “no hay condiciones para aplicar la reforma educativa”. Luego entonces, –ante la evidente y aplastante mayoría- desde la federación nos contestarán: “no se preocupen en Morelos no se aplicará eso que tanto les preocupa”. Anécdota, tomadura de pelo, engañifa de Pacheco Godínez, entretenimiento y hasta consuelo de quienes se vayan sintiendo frustrados ante la inexorable aplicación de la reforma y sus efectos.

Los destinatarios de la reforma educativa estamos expuestos ya a los primeros efectos: indignación, conformidad, impotencia, confusión, aturdimiento, desconsuelo, expectación, pesimismo, incomprensión, cortedad de miras; entre otras emociones y actitudes que se derivan de la impresión que deja ubicarse bajo una montaña que se viene encima. Es tiempo de buscar las razones para ir dilucidando qué es más o menos realmente lo que está pasando en este vertiginoso proceso de cambios a la educación pública en México, derivados de la inspiración del servicio educativo a partir de concepciones mercantiles encubiertas de transformaciones indispensables. Son varios los puntos de polémica en torno a este asunto, por ejemplo: ¿es reforma educativa o sólo administrativa? Los que partimos de la concepción de educar como proceso de desarrollo de las facultades humanas a través de la favorecedora acción social, no encontramos el aspecto pedagógico en una reforma que enfatiza la responsabilidad de los profesores y sostiene la necesidad de evaluarlos conforme a parámetros cuantitativos que representan una caja negra que sólo da lugar a creer que se trata de desaparecer la seguridad laboral de los docentes. El detallismo en la planeación, en la integración de evidencias, en la exageración de requisitos y mecanismos de control, nada más permite suponer que se trata de meter la labor de ser maestro dentro de los parámetros laborales al estilo de la organización empresarial sin considerar la naturaleza de los sujetos, sus procesos, sus contextos y sus productos. Pero, si pensamos la cuestión desde otro enfoque como el de la educación como instrucción o configuración de los sujetos entonces puede ser que la reforma educativa sea más educativa de lo que imaginamos.

Por lo pronto la mayoría sólo vemos los aspectos concretos y evidentes del proceso de imposición de la reforma educativa. Entendemos y nos queda claro que estamos a la puerta de la privatización de la educación como se está haciendo en otros rubros de la administración

pública de acuerdo a los cánones de organismos internacionales orientados por los gurús intelectuales del modelo social neoliberal. Es muy pronto para demandar otras miradas pero es necesario que se intente un esfuerzo de pensamiento fenomenológico y complejo para ir más allá de las apariencias, los díceres distorsionados e intencionados, las propagandas de todo tipo, las inducciones e imposiciones, para tratar de aproximarse a lo que hay detrás de lo pretendido, antes que lo cotidiano nos vuelva incapaces de entender lo que está pasando y lo que viene.

Una interesante hipótesis dice al respecto que existen efectos desconocidos e invisibles de la reforma educativa que podrían ser la reconfiguración del perfil y el pensamiento de los sujetos en la escuela y la transformación cualitativa del sistema educativo a niveles que hasta ahora han formado parte de la ciencia-ficción. Más allá de los efectos evidentes, visibles y previsibles, ¿qué pasará si se impone el modelo educativo empresarial en el sistema mexicano de educación pública?, ¿qué efectos se producirán en el pensamiento, en los procesos, en las relaciones y en las acciones de los sujetos escolares? Se trata de un ejercicio de especulación que no se resolverá sin los datos ni los procedimientos metodológicos apropiados para escudriñar la trascendencia de la reforma educativa. Los autores de este planteamiento son especialistas, de los que el gobierno federal no tiene aprecio puesto que cuenta con sus intelectuales orgánicos que le hacen el trabajo de aplastamiento teórico y fáctico de las masas renuentes; por cierto sin el éxito que habían esperado. Nuestros especialistas son otros y en congruencia con su pensamiento crítico no descubren muchos hilos negros pero sí están subrayando lo relevante que se nos puede estar perdiendo de vista. Por ejemplo, para ir quitando la niebla de las confusiones se propone el diálogo sobre las diversas cuestiones que giran en torno a la citada reforma. Diálogos sobre la Reforma Educativa, es una iniciativa de pedagogos de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad Ajusco para empezar a cartografiar el desordenado escenario de los discursos, las acciones, las críticas, las rebeldías y demás entorno de profesores, autoridades educativas, alumnos, padres de familia y sociedad involucrada en los menesteres de la educación pública. Se trata de irse encontrando entre especialistas con especialistas, supongo que después especialistas con profesores que están en la línea de fuego y los demás actores educativos. Es una iniciativa importante porque pocos intelectuales de la UPN han dicho esta boca es mía, ya que no sienten cerca la lumbre y los castillos de marfil suelen contar con aire acondicionado y otros privilegios. Pensar la reforma educativa con método, con sustento teórico y datos de la realidad es un paso importantísimo en la causa que miles de maestros han abrazado por resistirse a tan relevante transformación educativa y por la búsqueda de alternativas que no violenten el espíritu de la educación destinada al pueblo y a sus hijos. Este ejercicio ya se inició en UPN Ajusco y se pretende extender a otras unidades en el país; lo mejor vendrá cuando rebase el claustro de los académicos y llegue al encuentro con la tropa que se bate en duelo diario en los jaloneos y desencuentros por educar sin los condicionamientos de referencia.

A la academia de los intelectuales que laboran construyendo conocimiento desde las universidades e instituciones de educación superior, en este caso respecto a las humanidades y ciencias sociales, debería de pedírseles una explicación de su actuación, principalmente a los que trabajan en universidades públicas. Por supuesto, encontramos una pluralidad de posicionamientos teóricos, metodológicos y sus diversas implicaciones éticas, políticas y sociales que cada uno asume desde la individualidad o en grupo. Pero estos momentos son de definiciones y quien juegue a la neutralidad no puede menos que ser ubicado como un oportunista que está a la expectativa de ubicarse donde saque más ventaja. De ahí la importancia de identificar a la academia que está al servicio de los promotores de la reforma educativa y a la academia crítica, la que toma opción por la divergencia ante la homogeneidad, la que arriesga más que agazaparse para procurarse la ganancia individual. Por eso es significativo encontrarse a los académicos como Lucía Rivera, Marcelino Guerra, Roberto González dentro de esa minoría que sabe decir no, cuando muchos otros repiten “sí señor”. Y lo hacen con procedimientos y rigor científico, no especulan por especular; años hace que han tomado el rumbo de la resistencia desde esa trinchera.

Pero, ¿qué podemos hacer mientras surgen más intelectuales o se aproximan a nosotros los que practican la andanza caballeresca de desfacer entuertos? Bueno sería empezar a aplicar algunos procedimientos para resguardar la memoria de lo que va ocurriendo. Para promover los diálogos productivos se puede proponer el registro de testimonios del día a día de los sujetos en la escuela pública. El propósito sería clarificar y sustentar una apreciación acerca de la naturaleza de la reforma educativa en cuestión. Se trata de empezar a hacer visible lo invisible a partir de datos concretos de la realidad; un ejercicio de catarsis que nos podría hacer sentir mejor y nos permitiría crear una fotografía en movimiento de cada suceso escolar relacionado con la reforma educativa. Posteriormente se podría promover la participación de investigadores comprometidos con la causa para el procesamiento y sistematización de los datos recopilados.

El diálogo sobre la realidad actual de la escuela pública no es la propaganda de un secretario de educación que por un lado se toma fotos y charla con niños y maestros, y por otro repite y repite que la ley es la ley. Los diálogos que se requieren no son para leernos las manos unos a otros, se trata del encuentro de los rebeldes, los intelectuales orgánicos al pueblo, de los padres de familia desde sus alcances y su sabiduría porque son expertos en sobrellevar la economía de sus vidas, de los alumnos que ya van tomando conciencia de lo que significa intentar vivir con decoro en este país. Ahí está la propuesta, cada quien diga su palabra y haga lo pertinente. josluis.figueroa666@gmail.com

20 DE SEPTIEMBRE DE 2015

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