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Estado

ESTUDIANTES JOJUTLENSES MARCHAN POR LOS 43

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Por HUGO Y MARCO BARBERI RICO / MASEUAL

*  Acteal, Aguas Blancas, Sierra de Chihuahua, las matanzas del bosque, de Agua Fría, de la masacre de San Fernando, de las muertes sin fin en Michoacan… “y ningún funcionario está en la cárcel”, advierten

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Jojutla, Morelos, México, 25 de septiembre de 2015.-  Alrededor de 300 estudiantes del Instituto Profesional de la Región Sur (IPRS), dependiente de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (la UAEM), marcaron ayer por la mañana por las principales calles de esta cabecera, para demandar la aparición con vida de los 43 estudiantes de la normal superior “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, precisamente a un día para que se cumpliera un año de su desaparición forzada.

Los estudiantes reprocharon la falta de resultados de las investigaciones oficiales que supuestamente se han realizado a fondo para dar con el paradero de los estudiantes.

Gritaron diversas consignas, algunas incluidas también en pancartas y periódicos murales que mostraban en cartoncillo en el que destacaban: “gobierno farsante, que matas estudiantes” y “En México te asesinan por ser estudiante” y “LA UAEM CON AYOTZINAPA”.

En la protesta se agregó la reprimenda para el pueblo de México, Morelos y Jojutla, con una lona grande donde plasmaron el pensamiento: “NO LE TEMO A LA REPRESIÓN DEL ESTADO, LE TEMO AL SILENCIO DE MI PUEBLO”.

Como lo convocaron con anteriorida, los jóvenes universitarios se reunieron en el IPRS ubicado en la calle 18 de Marzo de la colonia Emiliano Zapata de esta cabecera de distrito, alrededor de las 8 horas y en punto de las 8:45 horas iniciaron la caminata, pasaron por el monumento a Juárez, también conocido como “Cabeza de Juárez” y recorrieron Nicolás Bravo, Vicente Guerrero, Cuauhtemoc, salieron por la principal Constitución del 57 y concluyeron en el auditorio municipal, Juan Antonio Tlaxcoapan, donde se concentraron y leyeron un manifiesto en voz de Naim Reynoso Nava, joven estudiante de la facultad de derecho del IPRS, quien resaltó que el 26 y 27de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, es una fecha “que nos duele y lastima el corazón de esta nación… en donde resultaron asesinados 6 jóvenes, más de una veintena de ellos heridos y lesionados y 43 estudiantes normalistas, hasta ahora desaparecidos, a manos de policías municipales de Iguala y Cocula, así como de bandas criminales con la complacencia de los gobiernos municipal, estatal y federal y del propio ejército mexicano”.

Enfatizó la importancia de generar espacios de reflexión colectiva en estas jornadas en lucha con solidaridad con los padres de los estudiantes de Ayotzinapa.

Agregó que no basta la indignación y tener la razón en la exigencia de justicia, “tenemos la necesidad de profundizar en la explicación de qué pasa en la coyuntura actual en nuestro país, hay un antes y un después”, por lo que insistió que México vive una profunda crisis y que el movimiento por los 43 “no es una revuelta”, ni un movimiento estudiantil, ni una rebelión como muchos lo han tildado, sino una insurgencia ciudadana que ha llegado al hartazgo social, al límite de su tolerancia “y para ejemplo lo destapó Tlatlaya y se detonó con Ayotzinapa y todavía como si fuera poco la ‘casa blanca’ arrojó el cerillo para que el ánimo popular se incendiara”.

Añadió que

Ayotzinapa es la violación permanente de los derechos humanos y la punta del iceberg de la corrupción, de la impunidad, del circo y de la injusticia, “es un grito de dolor e impotencia que ha llegado a cada rincón del alma mexicana.

El gobierno no podrá esconderlo, ni ahogarlo jamás… porque Ayotzinapa es el recordatorio implacable de la pobreza extrema que se extiende en todo el país, de la inseguridad que se combate exhibiendo como trofeo la cabeza de los capos, efímeros, mientras la violencia se inflama y se instala en todo territorio nacional”.

Agregó que Ayotzinapa es el silencio de miles y miles de muertes, de desaparecidos, “de una guerra que no pedimos”.

El estudiante aseveró que hay responsabilidad de la Procuraduría General de la República (PGR), del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), del gabinete nacional y del ejército mexicano “donde la balacera sucedió en sus narices”.

Recordó que en el olvido está la masacre de Acteal, la de Aguas Blancas, la de la Sierra de Chihuahua, la de las matanzas del bosque, de Agua Fría, de la masacre de San Fernando, de las muertes sin fin en Michoacan, El Charco, de la de Mesa de la Guitarra, de Tlatlaya “y ningún funcionario está en la cárcel, porque la espada de la justicia es inflexible hacia abajo, pero cuando apunta hacia arriba, se tuerce”.

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