Y volvimos. . .
Por EDILBERTO NAVA GARCÍA / MASEUAL
Aquiles Mata
Chilpancingo, Guerrero, México, 17 de octubre de 2021.- Los artificios legaloides parecen ser ya de uso común entre los profesionales de la abogacía. Es muy lamentable. En las llamadas ciencias ocultas se enseña que las profesiones más kármicas son la abogacía y la medicina, pues son éstos los que hacen aparecer como legal lo que no es y los otros, que en apariencia curan cuando sólo atenúan los males y dolores del cuerpo. Es decir, ambos matan no con hierro, sino de muchas formas.
Hay un antiguo refrán bien dirigido. Basado en la Biblia, se dice que al principio la tierra era informe, con vacíos, tinieblas y reinando el caos. Considerando esto, el médico dijo que la primera profesión que creó dios, fue la de médico; que su profesión es divina, porque mediante operación quitó una costilla al padre Adán y con ella formó a la mujer. Entonces el audaz abogado atajó presto, diciendo que la primera profesión que Dios creó, fue la de abogado. Enfatizó: Al principio fue el caos y el caos sólo lo provoca el abogado para sacar ganancia de él. El abogado es quien crea los conflictos, incita a ello, los busca y los incrementa provocando el caos.
Precisamente por ello volvimos a la cumbre más alta del contorno de Apango. Texaltipan, con casi dos mil metros de altitud sobre el nivel del mar, es bonito, con variada vegetación y el clima va de templado a frío. Es interés del dirigente actual de los ejidatarios poner en claro los límites de la dotación acaecida hace 85 años, apoyado en un profesional en topografía, quien explica que a pesar que en los tiempos de la dotación no existía forma de apoyarse en coordenadas, es de reconocer la precisión de los ingenieros que realizaron el levantamiento topográficos que sirvió de base para elaborar los planos definitivos.
Con ánimo de darse un respiro desde la cima, el dirigente ejidal, dice: Aquí están los ejidatarios, hijos de los beneficiarios directos. Éstos nacieron tres o cuatro años después de la dotación. Y los señala con el dedo. Estos dos señores andan en 81 años y son los que no fueron a la escuela; apenas si saben escribir, pues toda la vida han permanecido adheridos a la tierra cultivable y a estos montes con maguey, encino, tepehuajes, teposcohuites, tetlatías, palma y nopales. Basados en el plano definitivo, comenzaron desde niños a pronunciar la palabra polígono. Dice uno de los aludidos. La dotación fue de cuatro polígonos. Al quedar una zona intermedia que después fue concedida como ampliación, los dos polígonos se unieron por lo que el ejido quedó con tres polígonos. Y sabemos bien las mojoneras.
El caso es que ahora un particular, apoyado en mañosos abogados y en empleados públicos corruptos, nos quiere despojar de todo esto que mostramos. Por eso traemos al ingeniero para que con sus trabajos profesionales nos diga cuanto mide los que el particular nos despoja, sólo porque dice que ha gastado mucho, que ha dado mucho mezcal y dinero. Ahora dice que la sentencia del tribunal unitario de Iguala ya lo favoreció con una sentencia. Se suma el otro de mayor edad y dice: si, pero nosotros no firmamos un acta o minuta que redactó un perito enviado por el tribunal agrario de Iguala, quien decía al medir, el aparato me jala para acá, para acá; hasta acá pongan una marca. Cuando en ese punto nuestra línea es recta, por eso nadie le firmó su acta. Ahora dicen que una sentencia de ese magistrado le favorece al particular.
El Estado instauró los tribunales agrarios en el final del régimen salinista para dar seguridad jurídica en la tenencia de la tierra con carácter social, pero también con claro propósito que los parias ejidatarios y comuneros pudiesen vender sus parcelas, ser objeto de empeño o de hipoteca. Puede considerarse de justicia agraria, lamentablemente ha continuado la corrupción tanto en la procuraduría agracia con visitadores agrarios proclives a la manipulación y recibir dádivas de los pobres ejidatarios y de magistrados que tuercen la justicia a favor de quien da más. Se dice que están al mejor postor.
Los labriegos de manos con callos cubriéndose con sombrero de palma, sonríen no como antes; de cuando no tenían conflictos con vecino alguno.
Psicológicamente, en sus rostros se aprecia su decepción en el desempeño de los tribunales. Y sin embargo no revelan un secreto: los nombres de periodistas que se comprometieron con llevar a la llamada mañanera del presidente para que sepa lo que sucede.