SIN CORTAPISAS
Por PATRICIA CASTRO CEDILLO / MASEUAL
* ISSSTE Morelos y su “prietito en el arroz”
Cuernavaca, Morelos, México, 22 de junio de 2022.- No es un secreto la atención pésima que se da a derechohabientes en los institutos de seguridad social no sólo en el país, sino en la entidad morelense, que tiene que ver con el trato humillante, deshumanizado, tardío y con burocratismo que llegan a brindar los trabajadores de estas instituciones.
En esta ocasión me referiré al Hospital de Alta Especialidad “Centenario de la Revolución Mexicana” del ISSSTE, ubicado en Emiliano Zapata, Morelos, que otorga atención a derechohabientes de toda la entidad y estados circunvecinos, que, contrario al que presta el IMSS Morelos, sito en Plan de Ayala, en Cuernavaca, resalta por el trato humano, la celeridad, calidad y eficiencia a la hora de atender a las personas que tienen la mala fortuna de acudir por diversos padecimientos y/o urgencias.
Como familiar de un derechohabiente, quien esto escribe, me vi en la necesidad de acudir al área de urgencias del ISSSTE, ubicado en Emiliano Zapata, Morelos, por una fractura en la muñeca de la mano izquierda en mayo pasado, quedando sorprendida del trato cálido y humano del personal que ahí labora, aún más porque el tiempo entre la primera atención hasta mi egreso, fue en tiempo récord. Sí, realmente fueron pocas horas las que estuve –máximo 4 horas- y salí satisfecha con la atención brindada.
Tiempo en el cual pude percatarme que la mayor parte de los empleados, pasantes, médicos y enfermeras, trataban con calidez a los pacientes; en ese ínter conversé con un camillero de la tercera edad de nombre Moisés –si no mal recuerdo-, quien se destacó por ser muy humano y cuidadoso al trasladar a los pacientes, aduciendo lo hace con gusto y porque ama su trabajo, en este caso, al área de rayos X; ni qué decir del Dr. Jorge Luis García Hernández, siempre pendiente de mi persona y muy humano.
Así pues, tras mi egreso, el doctor en comento dejó la cita abierta en el área de urgencias en caso de que se presentara fiebre, dolor que no mejorara con analgésicos o cambio de coloración en la extremidad afectada; así como una revaloración tras haber puesto yeso… dicho lo anterior se acudió el 6 de junio para tal fin y la atención fue buena y ya el médico traumatólogo me explicó los avances.
Aclaro, no se trata de “echar flores” ni hacerle publicidad al nosocomio, pero sí destacar la loable labor que desempeñan. Empero, ahora viene el “prietito en el arroz”. Así las cosas, se tenía una cita para el 21 de junio con el traumatólogo para una última radiografía y retiro del yeso, misma que cancelaron un día antes. Un empleado de nombre Epnot (no sé si así se escriba), de Consulta Externa de dicha área fue quien la reprogramó para un mes y medio después.
No obstante, al mencionarle mi situación, dijo que acudiera a Urgencias para la atención debida. Eso fue lo que se hizo, pero al llegar -21 de junio-, a Urgencias, esto, a las 08:00 horas y tras el cambio de turno, me atendió en el área de Triage la Dra. Shaila Figueroa Navarro, quien al explicarle la razón de mi presencia, despotricó en mi contra diciendo que ahí no me atenderían porque sólo atienden urgencias; eso, quien esto escribe comprende, pero ni siquiera me dejó de terminar de explicarle y me callaba diciendo “me entiende”, “me explico”, como si tratara con una persona idiota.
Enfatizando una y otra vez que ese no era su asunto, que siempre los administrativos hacen eso y los mandan a urgencias y que fuera a pelearme y a exigir atención a la Coordinación de Cirugías, ubicado en el primer piso, que no sabía quién estaba a cargo porque apenas lo habían nombrado y que de cualquier forma aunque fuera y me canalizaran a urgencias, ella no me iba a atender.
Todo ello, sin siquiera dejar responder a quien esto escribe, aclarando que jamás se le alzó la voz ni se le faltó al respeto, contrario a su actuar. Así las cosas, pues prácticamente iba ya con la “espada desenvainada” y dispuesta a pelearme para exigir atención, pero mi sorpresa fue mayor al llegar a la Coordinación de Cirugías, donde a las 08:26 horas me atendió la asistente Dulce Hernández a quien le expuse mi situación y me canalizó a las 08:40 con el Dr. Bahena, quien de manera amable le referí lo sucedido y con palabras reconfortantes me atendió y explicó lo que se haría.
Así pues, me dieron una orden para una radiografía, siempre acompañada por el Dr. Héctor Larrañaga García, traumatólogo y ortopedista, por lo que a las 08:57 me tomaron la placa de rx y acto seguido me dijo que ya no era necesario tener el yeso –eso le había dicho a la doctora que sólo se limitó a callarme y despotricar por pedir atención y obviamente me mandó al carajo-.
Posterior a ello y tras recibir la autorización del Dr. Bahena, a las 9:17 horas el Dr. Larrañaga procedió a quitarme el yeso y sugerirme acudiera a la cita reprogramada para dar seguimiento y lo relativo a la rehabilitación de la mano en comento. Así pues, quedó de nueva cuenta de manifiesto que la atención que ahí se brinda es pronta, con calidad y calidez.
Lamentablemente por el actuar de la Dra. Shaila Figueroa Navarro, se pone en entredicho toda esa humana labor que realiza el personal que ahí labora, por lo que se le hace un llamado al director de dicha institución a que ponga en el área de primer contacto –Triage-, en Urgencias, a personas calificadas no sólo profesionalmente, sino que cuenten con cursos de capacitación en derechos humanos, sensibilización en el dolor ajeno y con calidez, porque es un hecho que los usuarios de este servicio no van porque se les ocurra o porque digan “hoy iré a quitarles el tiempo y de paso a que me regañen sin deberla ni temerla”.
Así que por un lado se reconoce la labor que eficientemente realiza el personal, incluyendo a los de Seguridad Privada ahí asignados, pero por el otro, trabajar para que ya no haya más Dras. Shailas que humillen, deshumanicen y traten de manera despótica a quienes acuden ahí para atender sus dolencias, porque se reitera, no se va por gusto, sino por mera necesidad, y suficiente es ir padeciendo una urgencia con dolores fuertes derivados de accidentes, como para de paso tolerar esas conductas reprobables. Esperemos pues una respuesta favorable a lo antes expuesto. Tiempo.