Por HUGO BARBERI RICO / MASEUAL
Jojutla, Morelos, México, 2 de enero de 2022.- Guajolote, guíjolo, pavo, pípilo, este pájaro grande ya es blanco de un proyecto productivo que involucra a una escuela y a un ejido de la región sur del estado de Morelos, como programa “piloto” para crear un “ejido agroecológico”.
Del “guajolote”, que es un producto sabroso que se ocupa en un platillo de tradición ancestral mexicano, sobre todo en mole, cayó su producción al introducirse indiscriminadamente otro proveniente de los Estados Unidos Mexicanos, sin embargo, el plan es reactivar la venta del mismo en el comercio local y generar un espacio de sustentabilidad con esta perspectiva regional, informó Antonio Real Hernández, director de la Escuela Secundaria Técnica número 34 de la Unidad Habitacional José María Morelos y Pavón.
Siendo el fundador de la primera escuela secundaria técnica “agroecológica”, Real Hernández, explicó a La Jornada Morelos que se tiene contacto con el ejido de La Tigra, del municipio de Puente de Ixtla y ubicado en los límites con el estado de Guerrero, ya en la Sierra del Sur, a fin de iniciar un “ejido agroecológico” en ese lugar, donde uno de los primeros proyectos sería establecer una granja de producción de guajolotes, para generar una oportunidad más de desarrollo económico, pero con perspectiva cordial con el ambiente.
De hecho, el mismo director de escuela, médico veterinario zootecnista de profesión, produce guajolotes en forma personal, lo hace también con una pequeña parvada en la institución educativa de nivel medio básico, donde también producen tenebrios (gusanos comestibles), siembran nopales, moringa, mantienen compostas y producen tierra para plantas, etc., pero ahora podrían extenderse hasta el ejido de La Tigra con este nuevo proyecto.
“En la escuela tenemos una parvada pequeña, con el propósito de recuperar la tradición con los alumnos como parte de la formación agroecológica. Al municipio (de Jojutla) no le ha interesado, lamentablemente. Estamos estableciendo un acuerdo con el ejido de La Tigra (de Puente de Ixtla) para iniciar un proceso productivo con guajolotes el próximo año”, aclaró Antonio Real.
El guajolote, es un animal peculiar excelentemente adaptado al ambiente de la selva baja caducifolia, que abarca al sur de Morelos, no padece enfermedades, cómo herbívoro está diseñado para el pastoreo, ayudando a mantener libre de hierbas terrenos agrícolas y además los fertiliza con sus excrementos. Los huevos son más grandes, más sabrosos y más densos que los de gallina. La carne se concentra en piernas y muslos, porque realizan caminatas para buscar alimentos, pueden alimentarse en corrales con forrajes verdes, frutas y verduras ya no aptas para el consumo humano, destacó el directivo escolar.
Comentó que una de las finalidades del proyecto es que las nuevas generaciones conoscan el valor ancestral de estos animales, pero que también las anteriores generaciones regresen a consumirlo, ya que su crianza “se ha reducido drásticamente”.
Sin embargo, “estamos en desventaja ante lo que los estadounidenses han impuesto como pavo, que es una derivación del guajolote mexicano. Nosotros intentamos que se vuelva a consumir el guajolote para el mole que era en todas las celebraciones”.
Recordó finalmente que el pavo que se expende principalmente en cadenas comerciales tiene por lo menos seis meses en congelación y es proveniente de Canadá y EUA, además de ser tratado para mayor conservación, mientras que los “guíjolos” producidos ya en viviendas rurales de Morelos, son piezas alimentadas orgánicamente y se entregan al momento. El costo de estos pavos en la región, en la actualidad están de 800 y mil pesos.
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