18 septiembre, 2025

PERIODISMO INDEPENDIENTE EN MORELOS

GABRIEL TEPEPA, RESALTA EN EL 112 ANIVERSARIO DEL ESTALLIDO DE LA REVOLUCIÓN EN MORELOS

Por HUGO BARBERI RICO / MASEUAL

  • “El impaciente que encendió la mecha”, primer líder que se disputó la jefatura de la Revolución Mexiana en el sur, con Emiliano Zapata

Tlaquiltenango, Morelos, México, 7 de febrero de 2023.- El líder revolucionario, Gabriel Tepepa Herrera, una persona de la tercera edad, quien a sus 71 años, inició en el sur de Morelos la Revolución Mexicana exactamente hace 112 años, sigue resaltando para todos los sureños de Morelos como el “impaciente” revolucionario, resaltó en Tlaquiltenango, el escritor, Agur Arredondo Torres, quien dedicó un libro biográfico sobre dicho líder precisamente con el nombre: “Gabriel Tepepa, El Impaciente que Encendió la Mecha”.
Este martes siete de febrero, al cumplirse un aniversario más del inicio de la Revolución Mexicana en Morelos, Gabriel Tepepa, resalta por ser de los primeros líderes revolucionarios que encabezaron las principales tomas de las haciendas de su natal Tlaquiltenango, Jojutla y Villa de Ayala, pero en contraparte fue blanco principal de hacendados que al tiempo le tendieron una trampa y falleció fusilado en Jojutla.

Gabriel Tepepa Herrera, aparece detrás del cañón entre dos y acompañado por diversos miembros del Ejército Libertador del Sur, liderado por el general, Emiliano Zapata Salazar.


Agur Arredondo, recopilador, ensayista y editor de diversos folletos y libros, informó a este medio que ya cuenta con la reedición del libro Los Valientes de Zapata, la integración de dos tomos con el mismo título que amplió datos biográficos de los principales líderes revolucionarios que combatieron al lado del general Emiliano Zapata Salazar, principal Jefe del Ejército Libertador del Sur.
Dato interesante que resalta el escritor, es que Tepepa era coronel y no general, como se le recuerda comúnmente en calles e instituciones. Las evidencias únicamente lo sitúan como coronel del Ejército Libertador del Sur.
Relató que el 7 de febrero de 1911, Tepepa con su guerrilla empezó la revolución armada en el sur morelense, “fecha que debe de interesar a la comunidad, aunque en realidad ha pasado en el olvido”, lamentó.
“Después de la toma de Jojutla, donde se disgustan con (Pablo) Torres Burgos, que era el jefe de la revolución en Morelos, había sido designado por (Francisco Indalecio) Madero, y Tepepa era un subalterno, aunque no se comportó como tal, ahí se disgustaron con Torres Burgos, éste se va y en el camino lo atrapan las tropas federales y lo fusilan. Los rebeldes que estaban en Jojutla se van para la Sierra de Puebla (Huachinantla, Jolalpan) y el 25 de marzo nombran a Emiliano Zapata sucesor de Torres Burgos y queda ya formalmente cini líder, en una junta de 14 coroneles, entre ellos Tepepa… sigue la lucha revolucionaria bajo el mando de Zapata hasta que hacen las pases, renuncia Porfirio Díaz, Madero llega a Cuernavaca en junio y todo en calma, pero a Tepepa en mayo se le hace fácil exigir (a un comerciante rico de Jojutla, llamado Pedro Antonio Lamadrid) un ‘préstamo forzoso’, lo que veían como delito los hacendados y el gobierno en turno… en teoría se lo iban a dar, pero ahí lo toman preso las fuerzas de Ambrosio Figueroa y por conducto de Federico Morales… el 25 de mayo lo fusilan entre las seis y siete de la mañana, en la parte oriente de la cárcel municipal, lo que también fueron las instalaciones del ayuntamiento, por lo que su participación fue muy corta”, comentó Agur Arredondo.
Tepepa, tenía carrera militar, perteneció al ejército y combatió a los franceses en Puebla.
En más, Arredondo Torres, cronista del sur de Morelos, afirmó que se han hecho esfuerzos desde hace algunos años para que esta fecha quede como algo cívico, digno de recordar, como un cumpleaños, pero no ha sido posible”.
Recordó que en el 2004 recopiló e integró un libro dedicado a este mártir de la revolución sobre su vida, baso en archivos, historia oral y bibliografías.
Agur Arredondo participó este martes en un ciclo de conferencias realizadas en el centro de Tlaquiltenango, donde dijo tener la esperanza de que los asistentes tuvieran una nueva visión, una nueva consciencia de un proceso social que desarrolló en el sur y en parte de toda la República, y aquí desde la óptica zapatista, “queremos que se entienda que fue parte de un fenómeno que llegó a su cúspide, se intentó el diálogo, la vía electoral y ante el fraude, a muchos no les quedó más que las armas”.

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