SIN CORTAPISAS
Por PATRICIA CASTRO CEDILLO / MASEUAL
- Morelos, se desmorona ante inseguridad y falta de obras
- En tanto, los políticos andan más preocupados y ocupados en “amarrar” otro escaño para seguir mamando de la ubre presupuestal
Cuernavaca, Morelos, México, 26 de junio de 2023.- Marchas, bloqueos, falta de obra pública, carencias en materia de mejora e infraestructura de calles, puentes, escuelas y demás, son tan sólo algunas de tantas problemáticas que se presentan en el estado ante la apatía total y desinterés de quienes gobiernan no sólo Morelos, sino los municipios, obviamente, en perjuicio de quienes aquí habitan y pagan sus impuestos y servicios de manera puntual.
Se han echado en saco roto todas las demandas sociales y de trabajadores que se han manifestado para exigir lo que por derecho les corresponde; en tanto, se dejan ver en paraderos, espectaculares, bardas, en rutas y colectivos del transporte público las caras sonrientes, cínicas, deleznables de los dinosaurios, de los “chapulines”, de políticos de cuarta que van en pos de otro escaño dentro del aparato burocrático para seguir viviendo a costa de la sociedad, esa que yace sedienta de justicia, sedienta de trabajos remunerados, sedienta de seguridad y estabilidad económica.
¿Y qué de quienes se inconforman por la falta del pago de sus salarios y prestaciones?, citando tan sólo como ejemplo a los trabajadores sindicalizados del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (Sapac) que este lunes 26 de junio bloquearon nuevamente una de las principales vialidades de la ciudad capital en demanda, precisamente, del pago de prestaciones laborales que se les adeuda de meses atrás, y que lo único que han recibido en respuesta ha sido acoso laboral y, claro, la promesa de que les pagarán, quizás, algún día.
¿Y qué de las familias cuernavacenses que en más de una ocasión se han manifestado en demanda de agua potable?, que incluso han llegado al extremo de bloquear los principales accesos a la ciudad para hacerse escuchar. Sí, se reconoce que cuando ello sucede como por arte de magia echan a andar los pozos -esto sin contar el millonario e histórico adeudo que arrastra el Sapac con la CFE- y los calman con sus mentadas pipas de agua que juran y perjuran los dotarán del servicio en tanto se resuelve la problemática.
Sólo que cuando la solución es suministrar el agua potable en pipas, primero se debe sacar citar para pedirla; segundo, cuando llegan al domicilio se originan enfrentamientos, discusiones y peleas entre vecinos porque a unos sí les dotan del agua y otros se quedan como los chinitos “nomás milando”, ya que no falta la vecina influyente que dice que esa pipa es suya y de nadie más y sólo se digna a repartir su contenido entre sus amigas, allegados, pero no a quienes en verdad lo necesitan. Ejemplo de ello, hay muchos en las colonias de la capital, basta preguntar a los afectados. Esto, sin tomar en cuenta que cientos de familias carecen de cisternas y tinacos para almacenar el vital líquido, pero bueno, a la par el gobierno debería repartirlos o venderlos a un bajo costo, pero de verdad, bajo costo y sin fines de lucro, para al menos paliar la problemática existente.
¿Y qué de la inseguridad que sigue en aumento? Siguen apareciendo restos humanos embolsados en diversos puntos de la entidad; los asesinatos a mansalva, los asaltos a establecimientos comerciales, etc. El caso más reciente y sonado es de un dirigente partidista que fue gravemente lesionado al ser atacado, presuntamente, por individuos que viajaban a bordo de una motocicleta. Tras el hecho, no se hicieron esperar los mensajes y comunicados oficiales y de otros tantos políticos, partidos y demás, lamentando el hecho y “exigiendo” se llegue hasta las últimas consecuencias y, donde incluso el otrora futbolista dice que se atiende a la familia. ¡En fin!
Pero, y ¿las personas víctimas u ofendidas de algún delito, principalmente de alto impacto que no son conocidas ni tienen escaños políticos, ni son reconocidos empresarios o pertenecen a la alta alcurnia? ¡Ah, no!, a estas personas que forman parte de un todo social, que forman parte de la estadística y no cuentan con influencias, sencillamente siguen siendo eso: una estadística del índice criminógeno que cada trimestre forma parte de un número, sin nombre, sin datos, sin reparaciones del daño, sólo eso, lamentablemente.
¿Entonces? Mientras Morelos se hunde en la inmundicia y podredumbre de la inseguridad e injusticia, de la falta de empleos y servicios, que continúe la pasarela política, de sonrisas hipócritas, de imágenes superfluas de los aspirantes a; que continúen los “baños de pueblo” y las promesas que jamás cumplirán, lucrando con la sed de justicia social y necesidad de las personas que, lamentablemente, se repite, continúa creyendo y confiando en aquellos politiquillos, sedientos de más poder y dinero, haciendo suyo aquél adagio de “el prometer no empobrece” y el “si te vi, ni me acuerdo”.
Siga pues la entidad zapatista perdida en esas penumbras sangrientas, de esa falta de respuestas ante el indolente actuar de quienes pueden y están obligados, a trabajar en beneficio de la sociedad, falacia al fin, que una vez quedará demostrado con el paso de los días y meses, hasta que, por fin, toquen la puerta de los morelenses y avecindados en busca de su voto. Tiempo.
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