Por HUGO BARBERI RICO / MASEUAL
• * El trasfondo del problema es un conflicto de tierras que sostienen dos pueblos, de Morelos y Guerrero
Tlaquiltenango, Morelos, México, 21 de julio de 2023.- Alrededor de las 11:00 horas de este jueves, se cumplieron las 24 horas del denunciado rapto de una mujer, conocida como Maria Eugenia González Castrejón, de poco más de 50 años de edad, vecina de la avenida Morelos de la comunidad de Coaxitlan, municipio de Tlaquiltenango, un lugar enclavado en el sur de la entidad, donde ya colinda con el estado de Guerrero.
Precisamente, el problema estriba en las posesión de tierras de cultivo en el área limítrofe de Morelos y Guerrero, lo que puede ser el trasfondo, coincidieron vecinos consultados por este informativo. Sin embargo, dieron a conocer que en el presunto rapto de su vecina participó la policía municipal de Atenango del Río, Guerrero, ya que llegaron hasta su vivienda un grupo de personas identificadas como habitantes de la comunidad de San Juan Teocalcingo, del citado municipio, acompañados de policías que se trasladaban en dos patrullas y “parece que tuvieron una discusión con la vecina y se oyeron varios balazos y luego se la llevaron”, comentaron.
Explicaron que el problema ya tiene más de 20 años, sin embargo, se recrudeció en 2021 en que varios pobladores de “San Juan”, incursionaron a Morelos y diciéndose dueños, quitaron cercas de tierras de cultivo que siempre se han reconocido como de Morelos, comentaron.
Los vecinos, quienes pidieron el anonimato por temor a represalias, precisamente porque luego de los conflictos entre los pueblos han surgido las amenazas de muerte y hay casos de muertes derivadas del conflicto, añadieron que María Eugenia González, presunta víctima de un rapto, es parte del conflicto, pues tiene sus tierras heredadas, “ya tienen añales con ellos”, refieren, cerca de la zona limítrofe con Guerrero, donde mantiene ganado en terrenos cercados, pero desde hace dos años, los pobladores de Guerrero los quitan.
“Ahora resulta que se la llevaron y balearon su domicilio”, comenta un vecino de Coaxitlan, que se dedica a trabajar la tierra.
“Hasta donde yo sé, se la llevaron para Atenango del Río, la subieron en una patrulla y se la llevaron, porque venían unos en una patrulla… dicen que la señora ya había recibido amenazas, como había cercado su terreno otra vez, ya le habían dicho que no tenía permitido ya cercarlo, que iban a venir a quitarle su cercado, pero a lo que oigo que ya la habían amenazado y que ella le habló a la Guardia Nacional (GN) porque ya le habían mandado el mensaje de que le iban a quitar su cercado, pero nadie se presentó, ni la GN, ni del ayuntamiento”, añade en su relato el vecino.
Y es que los pobladores se sienten solos, de acuerdo a la versión de algunos habitantes consultados por este medio, el caso del declarante afirma y pone como ejemplo el actual edil de Tlaquiltenango, Carlos Franco Ruiz, quien los visitó en época electoral para pedirles el voto “ahora ni se ha venido a parar, ya no se le ven ni sus luces”, lo mismo que el anterior. “Se les ha pedido apoyo en casos así, cuando vienen de Guerrero armados y con machetes, pero ni a las patrullas mandan”. Pero tampoco se han presentado ni del gobierno del estado, ni del federal, “nos han dejado solos”, denuncia.
“La verdad nada más nos han hecho tontos —continúa—, porque les habla uno, o el ayudante, y no vienen a resguardarnos, yo pienso que hasta que a ‘haiga’ algunos muertos ‘chance’ y ahí si se pongan las pilas para trabajar”.
Empero, después del posible rapto, entonces sí llegaron elementos de la GN, de la policía estatal y hasta mandaron un helicóptero, agrega el entrevistado.
Son casi 300 hectáreas de terreno campestre las que permanecen en disputa con los guerrerenses, de acuerdo a los datos obtenidos.
Cuentan los vecinos de Coaxitlan, que los terrenos de dicha zona en disputa estaban cercados, pero los habitantes de “San Juan Teocalcingo” destrozaron el alambre y la mayoría ya no quiso ponerlos, únicamente se mantuvo firme María Eugenia y su mamá, Aurelia Castrejón, cercaron el terreno y se los volvieron a quitar. En enero volvieron a cercar “y lo volvieron a quitar; tenía como tres meses que volvió a comprar tela para cercar, y ya sabes lo (caro) que cuesta algo así, y más de consideración para ella porque ya es una señora grande edad y se mantiene con sus borreguitos que ahí tiene”.
Cuentan que los guerrerenses han abusado, porque se les dio terreno y finalmente a mediados de los años 90 con el establecimiento de la Autopista del Sol, acordaron que ocuparían, por ejemplo, como lindero la misma carretera, “pero no respetaron, siguieron extendiéndose y de ahí se vino la muerte del papá de la señora Eugenia (Teófilo González, en 2007).
Como se recordará, en agosto de 2021, los vecinos hicieron denuncia pública del retiro de sus cercas por parte de los habitantes de “San Juan Teocalcingo”, sobre lo cual hay evidencia en video, quienes han sido respaldados con patrullas de la policía de su estado y donde se aprecia, en redes sociales, que portaban machetes.
Ante la falta de apoyo de las autoridades morelenses, en ese mismo mes, los pobladores bloquearon la Autopista del Sol, en demanda de una solución final, lugar en el que exhibieron que por el conflicto han asesinado a personas y cada vez quienes más áreas que abarcan ya negocios y servicios.
Cabe señalar, que hasta el cierre de la presente edición y pese a que ya pasaron más de 24 horas, no se había dado a conocer el paradero de la vecina de Tlaquiltenango, cuya desaparición fue denunciado públicamente como un rapto. Ni la familia, ni el gobierno del estado mostraron postura al respecto.
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