Por HUGO BARBERI RICO / MASEUAL
• Había procesiones desde Iguala y ahora predomina el interés comercial: historiador
Jojutla, Morelos, México, 9 de enero de 2024.- A menos, ha venido el sentido religioso que llegó a congregar gente que hacía procesiones desde el estado de Guerrero para concluir en la tradicional Feria de Año Nuevo de Jojutla en honor al Santo Patrón “El Señor de Tula” desde hace ya 300 años, se ha privilegiado el sentido comercial por irresponsabilidad, dejadez y hasta indolencia de todos los involucrados, autoridades civiles, el clero y la sociedad, coincidió el historiador, Jesús Zavaleta Castro.

Tras resaltar la importancia de la feria y la devoción que tenía la imagen de “El Señor de Tula” (imagen tradicional de Jesús, Cristo, crucificado, con adornos y con alusión a una piel totalmente negra), el también autor de diversos ensayos históricos en la entidad, Jesús Zavaleta, declaró que paradójicamente siendo una de las fiestas más antiguas del estado de Morelos, pues data de principios del siglo XVIII, contemporánea de la “Feria de Nuestra Señora de Los Milagros” de Tlaltenango, (Cuernavaca, Morelos), la fiesta del Señor de Tula ha perdido en buena medida el elemento religioso y (ahora) es una feria fundamentalmente comercial. Si bien todavía se realizan los oficios religiosos conmemorativos, agregó, lo cierto es que se ha segregado el resto de la festividad, primero por razones del sismo de 2017, pero también había una separación desde antes por los intereses que en torno de la feria confluyen, y me refiero por una parte y principalmente a los intereses de los comerciantes, líderes de los mercados que privilegian sus intereses personales y familiares antes que los intereses de la comunidad, que han tenido un control desmedido de la festividad en términos comerciales, que han propiciado que gente que venía de otras entidades no regrese más a Jojutla y que nuestra fiesta tradicional del Señor de Tula se haya convertido solamente en una extensión de los mercados, al mismo tiempo que la responsabilidad de los gobiernos municipales que no han sabido o no han querido enfrentar de manera contundente las circunstancias que los grupos de poder de los comerciantes propician y generan para que la feria de Jojutla no se desarrolle más.
En más, también evidencia una omisión de la autoridad religiosa “que ha preferido mantenerse en su espacio reducido de la profesión de fe”, pero también la comunidad que en su mayoría se manifiesta apática e, incluso, indolente “y en esta visión diagnóstica enfrentamos una fiesta tradicional que si bien se mantiene su realización año con año, ha perdido esta esencia religiosa y El Señor de Tula se ha convertido en un elemento decorativo”.

Urgió a que se reivindique la festividad, como un acto fundamental, de tradición, de fe, de comercio, de desarrollo local y regional, que constituye adicionalmente un referente invaluable de identidad y que debiera a los jojutlenses importarnos en el sentido de consolidar una expresión de patrimonio cultural y material que tenemos en Jojutla con una antigüedad de 300 años”.
Añadió que para recuperar la tradición de la feria, como identidad de memoria y de comunidad, es necesario que los jojutlenses se reencuentren, porque no solo es una sociedad dividida, sino confrontada, sumamente sectorizada y sumamente atomizada y su fiesta es uno de los principales puntos de conflicto, desencuentro e incuso enfrentamiento de los sectores jojutlenses, por lo que tienen el reto, en la vida cotidiana, de construir otra forma de ser, como ciudadanos y como sociedad.

En cuanto a la importancia histórica del tema, explicó que lo importante de la conmemoración al Señor de Tula es que constituye la oportunidad de reflexionar sobre el valor de las fiestas tradicionales en la vida cotidiana de las comunidades de los pueblos, de los municipios y las regiones. En el mismo sentido, añadió que también se trata de valorar lo que en términos de memoria histórica tiene para los jojutlenses la trascendencia de la Feria de Jojutla, dedicada al Señor de Tula “y estos 300 años son momento preciso para la reflexión de esta festividad en torno a una figura tan trascendente como lo es El Señor de Tula”.
Informó que desde la semana pasada definen algunas actividades relacionadas con las conmemoraciones y reflexiones , por lo que adelantó que harán un congreso sobre las fiestas tradicionales, “con la idea de diferentes perspectivas, de diferentes áreas de conocimiento, para poder acercarnos a este tema”.
En cuanto a la importancia de “El Señor de Tula”, el recopilador histórico resaltó que su trascendencia se deriva porque marca una nueva etapa en la historia regional “y sienta las bases porque a partir del siglo XIX que Jojutla que era un importante desarrollo con la introducción del arroz”.
La conocida imagen en mención era reconocida más allá del estado de Morelos, añadió, pues hay pruebas documentales de que a mediados del siglo XIX la imagen era procesionada desde Iguala, un mes antes de la festividad del 14 de septiembre; “en 1848 se celebró por primera vez el uno de enero la festividad del año nuevo (en Jojutla), cuando Ricardo Sánchez, primer presidente municipal de Jojutla hizo coincidir la fiesta que se celebrara el 14 de septiembre con su rendición de protesta como presidente municipal.
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