Por EDILBERTO NAVA GARCÍA / MASEUAL
Chilpancingo, Guerrero, México, 19 de julio de 2023.- Aunque es un subterfugio el no llamarse precandidatos a la presidencia, la conducta de los aspirantes panistas rayan en el cinismo nuevamente, quienes tercamente ansían restablecer el régimen de privilegios de que gozaron por décadas, particularmente durante el periodo neoliberal, de cuando el país hubo de incrustarse en la economía globalizada. Es muy lamentable que mexicanos así, sin moral y estafadores quieran sorprender al electorado echando mano de las tecnologías de la comunicación social y de los consorcios televisivos tan acostumbrados a sacar raja económica de las circunstancias.
Empero, comentemos más detenidamente el caso de la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz, quien a base de su atrevimiento para asistir a la mañanera del presidente en Palacio, mudó su pretensión política local a nacional, pues la muy habilidosa senadora, con toda su mala fe y apoyada por funcionarios corruptos del poder judicial, intentó incrustarse entre periodistas, para quienes, primeramente, es la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador. Sobre este incidente, la senadora hidalguense sabía y sabe de antemano que a la conferencia asisten periodistas en activo, no legiladores, no jueces ni defensores, por más que pueda asistir un disfrazado, un “colado” como suele decirse. Es claro que la actora política tenía y tiene otros propósitos y, siendo opositora abierta al régimen, saca provecho de cuantas maneras le es posible. Así son los panistas-empresarios, como les enseñó en su momento el ex jefe Diego Fernández de Ceballos.
Lo peor del caso es que la senadora Xóchitl Gálvez se erija en la representante genuina del panismo chapucero y ramplón; con todo y eso, si continúa en sus aspiraciones con el respaldo de los medios masivos de comunicación, el país podría eventualmente correr el riesgo de llamarse sorprendido con el resultado electoral a favor de los dueños del dinero mal habido. Esto último ya sucedió tanto con Vicente Fox como con Peña Nieto, con quienes unos ricos se hicieron mucho más ricos y se ensanchó la pobreza llegando esta a ser extrema en la nación. Es claro que el país, su población no quiere repetir tales errores y para ello las redes sociales juegan hoy un papel de primer orden en lo concerniente a la propaganda política.
Ahora más que antes se hace necesario combatir desde abajo, desde el poder del voto, el tráfico de influencias que los empresarios practican incrustados a la vez en el sector público. Porque eso ha sido Xóchitl Gálvez, una actora en política que se ha beneficiado mediante sus dos empresas, pues los casi mil quinientos millones de pesos que les ingresaron, no representan el término medio de ingresos de las familias mexicanas y mucho menos de quienes tiempo llevan de tamaleras y gelatineras artesanales en muchísimos puntos del país. Así que esa mentira falla como ardid en su campaña; igual que fracasan otras mentiras, otras falsedades, pues como reza el refrán: “ la burra no era arisca. . .”.
Es claro que si empresarios panistas desean continuar acumulando riqueza, pueden hacerlo, pero contribuyendo al erario con apego a las leyes fiscales, como una buena parte de empresarios lo hacen, sin la socorrida práctica del tráfico de influencias para hacerse del dinero público. Hay un pasaje de esa buena conducta de un empresario campechano, quien al ser nominado candidato a gobernador se presentó de inmediato a cancelar sus contratos en la secretaría de obras públicas del gobierno federal. Lo dijo en su momento la revista Proceso, cuando era lo que fue y sus reporteros lo arriesgaban todo haciendo periodismo de investigación. El país necesita empresarios con moralidad y proclives a la justicia social.
La senadora hidalguense tiene ya el reclamo público por su nefasta conducta empresarial y pública; es muy probable que la cúpula panista repiense respecto de su candidato presidencial porque aún es tiempo conforme al marco legal electoral. Xóchitl Gálvez, terriblemente desmentida y exhibida es ahora una comprobada farsante y eso no conviene a ningún mexicano bien nacido, bien intencionado. Al parecer no es ya ninguna garantía electoral y su partido no puede alegar que hay una campaña antifeminista y tampoco el menor signo de agresión por cuestiones de género como suelen alegar para alzar sus escenarios.
Foto redes
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