Criminalidad en Guerrero
Por EDILBERTO NAVA GARCÍA / MASEUAL
Chilpancingo, Guerrero, México, 29 de mayo de 2017.- Y el común de la población se despierta diariamente en el solar guerrerense, quizá santiguándose, pero sin pensar más en los alcances negativos de la criminalidad que se ha asentado en todas partes debido a las endebles medidas y estrategias de seguridad que implementa el gobierno. Los medios masivos de comunicación, en su tarea de informar y orientar, multiplican ese ambiente de inseguridad social al difundir con un amarillismo inconsciente o convenido, todas las ejecuciones, ya de decapitados, desmembrados o simplemente asesinados.
El crimen está tan extendido que no tiene sector especial en su accionar. Se da primordialmente entre personas relativamente jóvenes, porque se difunde que tales ejecuciones se deben a disputas de plazas entre bandas, pero esas bandas se supone que se integran con personas de variada edad. La terrible criminalidad no es sólo en torno al medio urbano, sino que se ha extendido al medio rural, donde sorprende a las familias más humildes y hundidas en la pobreza económica extrema conviviendo con el trueque.
Sin embargo, las mafias, cual pulpos, extienden sus tentáculos muy activos, pues silenciosamente distribuyen mariguana, sobre todo, en las escuelas primarias y secundarias. A ello se debe la presencia de gente extraña en pueblos y rancherías de vida rural, donde esos nuevos avecindados, cual jitomates con el germen de pudrición, comienzan a descomponerlo todo. En tanto, las autoridades, temerosas, optan por callar, ya por impotencia o por temor porque nadie sabe quiénes están detrás de los distribuidores de enervantes entre los escolapios, y es claro que los mentores, los maestros no pueden, ni tienen la obligación de cuidar individualmente a cada niño y llevarlos hasta las puertas de sus viviendas.
Del gobierno, mejor ni hablo, pues hay lapsos en que su ausencia semeja real inexistencia o su absoluta nulidad. Acudir a una instancia gubernamental para denunciar un crimen, una ejecución, no es garantía de nada, o de casi nada. Los altos funcionarios si se mueven, andan debidamente resguardados con elementos armados. Jodido es el pueblo; está indefenso, endeble y lleno de temor. Las familias viven en zozobra e incluso se notan indecisas de enviar a la ciudad a que sus vástagos estudien alguna carrera universitaria, pues también en escuelas superiores están los intereses de las mafias y la falta de protección en las instituciones escolares de ese nivel ha sido causa de ejecuciones en ese entorno.
¿Qué debe hacer la sociedad ante el clima real de inseguridad? Sé que no soy consejero en materia de seguridad, no he sido parte de las mafias, gracias a dios, ni dispongo de medios y menos de presupuesto para combatirlas, para enfrentarlas, sin embargo, me atrevo a proponer, por ejemplo que los medios de comunicación no multipliquen o hagan desmedida difusión de notas rojas, sino darle el espacio correspondiente, pues he que comprobado acudiendo a los puestos de periódicos y revistas, que todos los titulares o encabezados de los diarios se refieren al mismo hecho sangriento, aunque con distintas palabras. Hay profusión de la nota ensangrentada, en tanto que a otras actividades, como la cultura y el deporte, apenas si les conceden pequeñísimos espacios. También ocupan titulares de los medios, esas acciones de gobierno que se refieren al combate al crimen.
En serio, hay muchas actividades y tan diversas que pasan desapercibidas. En Apango, por ejemplo, donde sufrimos el desdén oficial por cuanto al reclamo de la destitución de una corrupta alcaldesa, hace poco tuvimos un programa cultural con la visita de Teatro Manifiesto de Cuautla, Morelos y, al día siguiente, Apango fue el punto de arranque de una gira estatal de una banda de Rok, y, ayer mismo me entero que la escuela secundaria Juan Álvarez de Tlapa de Comonfort, lleva a la Ciudad de México a sus mejores promedios escolares. Sí, pero ningún medio difunde eso. Por mi parte, en esta semana voy a Amacuzac, Morelos a presentar uno de mis libros y miro en las redes que se llevan a cabo las Jornadas Alarconianas en Taxco. Sí, insisto, pero esa información no ocupa primeras planas de los diarios, ya que los directores de los mismos suelen argüir que la cultura no es negocio.
Debemos cuidarnos en nuestro propio entorno, pues nuestra integridad física está hoy más que otras veces en peligro latente y sin embargo, podemos hacernos a la idea de que la vida discurre; que aquí no pasa nada y que la cultura se genera de varias formas al interior de la sociedad. Hagamos cultura, aunque no la convirtamos en nuestra actividad principal. Leamos y leamos mucho, sobre todo a sabiendas que en este país son bien poquitos los que leen y de ahí nuestro ínfimo nivel cultural. Y no confundan con leer mensajes en el celular, que eso no es lectura en el amplio concepto que ésta tiene. ¡Salud!