Log In

Estado Opinión

¿JAQUE MATE A LA CNTE EN OAXACA?

Pin it

Por JOSÉ LUIS FIGUEROA GONZÁLEZ / MASEUAL

Jojutla, Morelos, México.-  En un intento de jugada maestra en la mesa de ajedrez de la política mexicana, Gabino Cué Monteagudo que trabaja como gobernador de Oaxaca, quiso sorprender a todo mundo con tremendo decretazo por medio del cual reforma al Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) desplazando a los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) incrustados en los mandos del sistema educativo estatal. El decreto de Cué que reforma al decreto N° 2 de Heladio Ramírez López a la sazón gobernador del estado, y de fecha 23 de mayo de 1992, aumenta el número de artículos y las consideraciones de hace 23 años cuando se creó el IEEPO. De acuerdo al nuevo decreto y según los comunicados que se pueden leer en el portal de internet del “nuevo” IEEPO, los componentes del organismo transformado con fecha 20 de julio de 2015, son la Unidad de los Servicios Educativos lo que significa reunir temas como la tecnología educativa, la salud escolar, los derechos humanos y hasta las estrategias oficiales antibullying; el segundo componente es la Coordinación Ejecutiva que quiere significar la comunicación eficaz entre las distintas áreas educativas; y el tercer componente, tal vez el más significativo, es el control de los recursos materiales y humanos a través de una Oficialía Mayor. Con todo eso se quiere enviar el mensaje de que se “recupera la rectoría educativa” del Estado en Oaxaca y se fortalece el apoyo federal con miles de millones de pesos para mejorar la infraestructura educativa, junto con el “saneamiento de las estructuras directivas”, la salvaguarda de los derechos de los maestros oaxaqueños, el “fin del tráfico de influencias” y del “marchómetro”, la “armonización” de las leyes generales con las estatales, todo sintetizado con una frase: “Ha llegado ‘una nueva era’ para la educación pública en Oaxaca”.

Si nos atenemos al discurso retórico con el que saben expresarse los autores de cambios en la administración pública para impactar en grandes sectores de la población, además de intentar encubrir las verdaderas intenciones con datos manipulados y con el uso del lenguaje eufemístico, deberíamos de alegrarnos por el decreto de Gabino Cué para cuyo anuncio se debió acompañar de Emilio Chuayffet y de un vocero de la presidencia de la república. Pero siempre habrá otros mal pensados o bien informados que pondrán la duda de por medio y se harán algunas preguntas. Por ejemplo, debemos dudar de qué tan nuevo sea un IEEPO constituido a la vieja usanza priísta que tuvo Heladio Ramírez en su momento, para convencer a los maestros de Oaxaca acerca de la descentralización educativa en 1992. En el supuesto de que se hacían malos manejos de los recursos en el sistema educativo estatal de Oaxaca por la participación de los maestros de la CNTE, no se alcanza a comprender por qué se actuó hasta pasados 23 años de aquel decreto. El as bajo la manga que se traía Gabino Cué lo saca a un año de terminar su gestión como gobernador, luego entonces habría que buscar explicaciones acerca de por qué, él y sus antecesores no impidieron desde antes todos los “agravios” y “desmanes” de la CNTE en la administración de la educación pública oaxaqueña. El control político de los movimientos sociales a través de compartir elementos y cotos de poder es una maniobra muy conocida, desgastada y desgraciadamente un señuelo en el que caen dirigentes populares que calculan mal cómo pueden influir en las decisiones a favor de sus representados. Por supuesto que el asunto huele a perversidad de unos, inmoralidad y hasta ingenuidad de otros. No es creíble que hasta ahora el gobierno estatal se haya dado cuenta del “uso incorrecto de los recursos” en el IEEPO, precisamente en el momento en que la lucha magisterial se dispone a ir con todo en contra de la evaluación educativa, exactamente cuando se le está dificultando al gobierno federal aplicar su reforma educativa en varios estados de la república y con el mayor tesón de los profesores del estado de Oaxaca.

La jugada de precisión del gobierno estatal de Oaxaca en coordinación y entreguismo hacia el gobierno federal, no lo es tanto si nos fijamos un poco. Es evidente que se trata de una petición de auxilio de Cué a Peña Nieto y una connivencia entre poderes que se suponen autónomos, además de las posibles presiones de la federación para terminar con un bastión de la resistencia magisterial en contra de la reforma educativa. En esa lógica, cayendo el magisterio rebelde de Oaxaca lo demás es lo de menos, pues una a una caerían las secciones sindicales de la disidencia al SNTE con medidas similares o más sofisticadas que el decretazo de Cué. Lo que no se estaría considerando es que la resistencia contra la evaluación educativa en particular ha ido creciendo en espacios dominados por el SNTE y en estados tradicionalmente tranquilos. En esta partida, Gabino Cué se enroca con las piezas llamadas Peña y Chauyffet, pone su dama a cerrar el paso a la CNTE y canta el jaque mate. Falta ver si ahí termina el asunto o si el movimiento magisterial oaxaqueño y del país tienen las estrategias apropiadas para sacudirse esta acción y sobrevive a este intento de eliminación definitiva del tablero de juego.

En su afán denostador, Emilio Chauyffet declaró a propósito de la “renovación” del IEEPO: “Nuca más un maestro tendrá que subordinar su dignidad a ningún interés distinto al suyo”. El contexto de la declaración es el supuesto control del magisterio oaxaqueño por los dirigentes de la CNTE a través del llamado “marchómetro”; es decir, el medio de control de los docentes mediante los méritos ganados por participar en marchas y otras acciones, a cambio de los cuales se obtendrían prestaciones y otros beneficios. Sin embargo, la frase del secretario de educación pública podría revertirse si la aplicamos al respeto que él le ha expresado en palabra y obra al magisterio todo del país. No es correcto que a un maestro se le obligue a marchar y a protestar con la promesa de otorgarle un beneficio que de hecho le corresponde, pero es igualmente o más ignominioso tratar de someter a los maestros a una reforma educativa en contra de su convencimiento y participación, “llueva, truene o relampagueé”. El señor Chuayffet es ejemplo de la inmoralidad que caracteriza a los tres niveles de gobierno en México. De todas formas, la apuesta a la degradación del magisterio es equivalente a la consideración de que aquél que siembra vientos cosechará tempestades.

Las consecuencias del golpe a la CNTE en Oaxaca apenas se empiezan a vislumbrar pero no resultan nada alentadoras para el mejoramiento de la educación pública. La criminalización de la protesta social se encuentra a milímetros de hacerse realidad porque el uso de la fuerza pública se esgrime como permanente recurso para “resolver” tanta contradicción; el resguardo de las instalaciones del IEEPO por la policía federal desde el momento del anuncio del decreto de Cué no fue el marco más propicio para invitar al diálogo a los disidentes. Las trascendidas órdenes de aprehensión en contra de los dirigentes de la CNTE de Oaxaca y seguramente de otros estados, agitan más las ya demasiado turbias aguas de la política de Estado en México. La congelación de las cuentas bancarias de la CNTE es una medida que no le han aplicado ni al Chapo Guzmán. Tratar a los maestros como delincuentes es empujar a buscar formas extremas de resistencia. De manera sensata se ha llamado a manifestaciones y a la resistencia pacífica, pero de cualquier manera los resultados de las protestas que vienen son impredecibles dada la tirantez de la actual correlación de fuerzas.

Al magisterio en lucha le corresponde entrar en un proceso de reflexión profunda, de análisis crítico de la situación actual, del diseño de estrategias para recuperar o fortalecer el apoyo social, pero también se debe apartar tiempo para entrar a la autocrítica. Después de más de 30 años no se puede seguir en la práctica automatizada de las mismas estrategias de lucha. Las marchas, los mítines, los cierres de calles y carreteras, la disciplinización de los contingentes, tal vez ya tuvieron su época de auge; ahora

es necesario plantearse si nos conviene todavía el perfil de un maestro rebelde ideologizado y no formado a conciencia en la estructuración de sí mismo como ente pedagógico, social y político. El condicionamiento de las prestaciones como mecanismo para reunir masas en las concentraciones debe ser revisado para encontrar otras formas de promover la participación consciente y voluntaria. La dependencia manifiesta de los profesores ante los liderazgos consagrados es una realidad peligrosa porque equivale a evitar la participación a conciencia, con compromiso social pero a la vez con un alto grado de autonomía. No es posible seguirnos distrayendo en las contradicciones de quienes quieren dirigirnos y en las denostaciones de unos contra otros por ver quien lleva más gente a la manifestación. Pero tampoco es apropiado movernos en la cómoda ingenuidad de que alguien “nos ilumine” para encontrar el camino correcto. Es responsabilidad de cada uno estar suficientemente informado con las fuentes más objetivas, es trabajo de cada uno reflexionar acerca del qué pasa, cómo, por qué, para qué y cuál es el rumbo más viable y aconsejable según los objetivos de lucha. Ahorrarnos la fatiga de pensar nos puede llevar a escenarios lamentable al no saber qué hacer si el derrumbe empieza desde las cúpulas.

Otro vicio a revisar es la copia en papel calca de los métodos de lucha en contextos diferentes al nuestro. Por eso a veces no se miden las consecuencias del radicalismo tratando de aplicar lo que funcionó en otro espacio o tiempo. La evidente dependencia de los contingentes respecto de sus líderes es una característica que nunca se ha estudiado con suficiencia; es lamentable caminar siempre siguiendo la línea que marcan los que “saben” dirigir, dejarles las manos libres y luego quejarse cuando los resultados son adversos. Así se fue perdiendo el apoyo social hacia los maestros, amén de las campañas empresariales y de gobierno en contra de todo lo que parezca educación popular; se hizo oídos sordos a los reclamos de terceros, se insistió en repetir fórmulas que nos alejaban de las causas populares. Podríamos suponer que en el caso de Oaxaca la participación popular será definitiva para inclinar la balanza a favor o no de la CNTE, pero ese no sería el caso de Morelos o de otros estados.

Las perspectivas de la lucha magisterial en contra de la reforma educativa parecen cerrarse con el desplazamiento de la CNTE de la administración de la educación pública en Oaxaca. El desaliento puede amenazar a los demás contingentes o animarlos a extremar sus medidas de presión. La situación no se resolverá a corto plazo por las implicaciones de este escenario de guerra en el que ha convertido la disputa por la educación pública en México. Es importante prepararse para la resistencia prolongada sobre todo en el caso de los maestros de reciente ingreso. Algunos puntos que pueden ayudar en este sentido podrían ser la superación de esquemas de relaciones antagónicas en las escuelas, parece necesario aprender o reaprender la importancia de la solidaridad gremial y más allá. Hay que ponerle un límite definitivo al protagonismo político de los que sienten llamados a ser la luz que ilumine nuestras vidas, para decirnos qué hacer y qué no hacer. Escucharnos es fundamental pero en términos del diálogo que supere al adoctrinamiento. De una vez por todas tenemos que aprender a ejercer el pensamiento crítico y autocrítico, si es que queremos sobrevivir al intento de detener esta malévola reforma empresarial de la educación. Finalmente se requiere hacer lo necesario para que al mencionar la palabra maestro la imagen colectiva haga la relación con un sujeto intelectualizado y capaz de decir y hacer lo conveniente para la comunidad. No todo está perdido, por supuesto, pero también es verdad que algo hace falta.

Todos, maestros y ciudadanos en general somos partícipes, conscientemente o no, de este juego de ajedrez político. Algunos se mueven en el papel de piezas importantes y otros se quedan en la

conformidad de que al fin y al cabo su pieza no tiene tanto valor. Sin embargo, no olvidar que de un peón puede depender el jaque mate al rey.

josluis.figueroa666@gmail.com

MASEUAL Noticias, es un sitio de información periodística en internet, con más de 17 años de experiencia

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Log In or Create an account