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Columna

POR LA LIBRE 2404

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Por IGNACIO CORTÉS MORALES / MASEUAL

1.- Por un sistema socialmente ético  

2.- Pandemia   

3.- Educación 

4.- La hora del campo

 

Cuernavaca, Morelos, México, 21 de mayo de 2020.- 1.- El sistema capitalista, en donde se privilegia el dinero, sin duda que está en el final de su existencia, porque no instaló la justicia social ni logró el bienestar general; no hizo más generoso a nadie; su intención fue siempre anteponer el dinero y la ganancia a lo que sea, sin importar la forma de obtenerlos, ya sea saltándose las leyes o mediante la explotación del ser humano –a su manera- legal, pero sin ninguna ética, ni mínimo remordimiento, en un estado donde la generosidad se toma como debilidad.

Qué difícil, sin duda será el tránsito hacia un sistema socialmente ético, y está lejano del sentimiento hasta de los necesitados; a éstos se les acostumbro a ir a la empresa, dar el mejor de sus esfuerzos y cobrar un salario, el cual no alcanza ni para vivir.

Se dejaron correr los años y ese salario y alguna prestación fueron los argumentos para que se le convenciera que así es la vida que le correspondió, que debe seguirla hasta el final, y, además, está obligado a ser defensor a ultranza de este sistema que lo aniquila.

Diez puntos en los que se sustenta el actual sistema económico

a.- Estudiar para tener un empleo.- Primero se debe asistir a la escuela para que se obtenga un título, algunas veces también para que desarrolle sus capacidades, y, las menos para que se despierte su conciencia del lugar histórico en el que está parado.

Casi siempre se queda en dotarle de herramientas para que pueda desempeñar un trabajo, inducido a hacer las cosas lo mejor posible para que la ganancia crezca, y que acepte que lo mejor no lo disfrutará él, sino el patrón; que viva su realidad sin cuestionar sobre el grueso de las ganancias ni las injusticias; que atienda el status quo.

Así transcurre su carrera, aprendiendo administración de las empresas, manejo de las máquinas, pero no justicia social ni solidaridad; es una educación (¿quizá debo decir amaestramiento o educastración?) que tiene en la mira el éxito, entendiéndose éste como la fórmula para obtener dinero sin importar los medios, siendo más productivos los “legales”, tanto que hasta se reciben los honores y el reconocimiento social, así explote hasta matar a los trabajadores que estén bajo su mando, aprovechándose de su necesidad, en este juego de empleo-desempleo que dan satisfactores sólo de subsistencia

b.- Empleo-desempleo.- La industria tiene la capacidad de dar empleo al 100 por ciento de la población, pero no lo hace para contar con mecanismos de presión sobre el trabajador, y mientras menos empleos produzca, sin llegar al extremo para que no genere conflictos sociales que pongan en peligro la estabilidad y la “paz” sociales, más control tendrá sobre la parte laboral, a la que se le exigirá más de lo pactado, y si alguien rezonga, se le amenaza: “nadie se puede poner pesado, a riesgo de perder el empleo. Si no haces lo que te digo, afuera hay muchos que vendrían a hacer las cosas mejor que tú y por la mitad de lo que tú recibes”. Las leyes se evaden o son letra muerta o se acatan pero nunca se cumplen.

c.- Charrismo sindical.- Ante el imposible freno del sindicalismo, la parte patronal hallo en el camino a personajes siniestros, capaces de vender y controlar a sus compañeros, (si estuviera en la cárcel, sería un autogobierno) en conexión directa con el capitalista-autoridad y puesto para clausurar cualquier intento de justicia social. Para ello se valen desde las palabras hasta el asesinato, y el patrón paga generosamente a esa camarilla con dineros extras, privilegios y poder, hasta que cansa o está muy visto y lo desbanca y pone otros, iguales o peores.

d.- Los sueldos son de miseria, y no importa si se puede pagar más, de cualquier forma se mantienen por debajo de su aporte que sirve para incrementar las ganancias del jefe, en una fórmula que, aunque falta de ética, se acepta porque así ha sido por los siglos.

e.- Cambios de turno.- Para asegurarse los patrones que sólo ellos pueden explotar a sus trabajadores, los cambian constantemente de turno, y, en ocasiones sin que lo sepa el trabajador, no se avisa para que el empleado no pueda laborar en dos empresas y se vea obligado a rendir al cien en la que está, en exclusiva, pero que no se paga como tal.

f.- Jubilaciones.- Ya se eliminaron, sustituyéndolas por las afores, que entregarán dineros por debajo de las pensiones, hablándose de menos del 40 por ciento de lo que ahora se recibe, y, peor, sólo mientras dure el dinero, es decir, si gana diez mil mensuales, al jubilarse tendrá menos de cuatro mil mensuales y hasta que se termine lo que tiene en su haber, así que imagínese con 70 años o más y ya sin su renta mensual.

g.- Prestaciones.- Sólo para amainar lo precario del salario, y no impactan en los efectos de jubilación (contratados antes del 2010, aunque algunos hablan que hasta antes del 2008), ni tampoco en otros rubros para beneficio de los trabajadores.

h.- La capacitación.- Sí y sólo sí servirá para elevar la productividad de los trabajadores. Aquí no se trata de que se superen como personas, que les sirva para ser mejores en sus familias, sino que se entreguen por el bien de la empresa y, sobre todo, por los dueños.

i.- Amor por la empresa.- Llevar la camiseta de la empresa a todos lados, mejor, tatuada para que nadie se las pueda quitar; que se trabaje por la empresa, que se duerma por la empresa, que se coma por la empresa, que todo se haga por la empresa, la cual, si te llama a altas horas de la noche, si se prolonga tu jornal, si te deja sólo los huesos, debes aceptarlo porque llevas la marca de la empresa; es más, eres tú la empresa, aunque no recibas más beneficios que los comunes, y cuando ya no le sirvas, ni las gracias, sencillamente te vas y con cantidades que, aunque dentro de la ley, son exiguas y ya hay tres para suplirte y en iguales condiciones.

j.- Sin cuestionar.- Y todos estos procesos sin cuestionar, no tienes derecho ni preguntar en que se gastan las ganancias que generaron los trabajadores a precio de sangre, sudor , lágrimas y salarios miserables, y que mientras tú sigues en el mismo nivel de vida, el patrón tiene para la familia hasta el derroche; tú no puedes ir a la playa, no te alcanza, pero él puede dar la vuelta al mundo tres veces y regresar a tomar el dinero que tú generaste a costa de tu salud física y mental, pero que no es para ti. Construyes casas que no habitarás, cuidarás las máquinas para que produzcan para el patrón, estarás al servicio de él cuando te necesite; serás su esclavo moderno, con salario, pero esclavo al fin, y, sobre todo, un producto desechable.

2.-  La pandemia crece y las personas no están conscientes de lo que sucede, entre la necesidad y la soberbia y los servicios pronto serán insuficientes, y habría que preguntarse “quién es el culpable”.

3.- En cuanto a educación, quien tenga que tomar la decisión sobre el regreso, agosto o septiembre, que lo haga atendiendo, primero la vida, después la salud, enseguida la educación y, al final, el cumplimiento burocrático.

4.- El campo, el olvidado de siempre, está ante la hora de recibir beneficios directos, y que, ojalá, con ello se resarza la deuda histórica que se tiene con el campo y el campesino.

Nos escuchamos en Entérese, de lunes a viernes, de 18 a 19 horas; Radio Capital 105.3

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