PUNTO Y APARTE

Por GUILLERMO CINTA

* REGLAS NO

   ESCRITAS

Cuernavaca, Morelos, México.-  1.- Hasta el año 2000, cuando México experimentó su primera alternancia en el poder, los gobiernos priístas habían condicionado a la población, durante más de siete décadas, a actuar frente a una esfera pública caracterizada por las redes de intereses que vivieron de explotar los poderes discrecionales a cargo del gobierno y la burocracia; de la indefinición permanente en prácticamente todos los rubros, y en suma de las reglas “no escritas”. Los gobernantes concedían favores a cambio de lealtad. Así funcionó el sistema priísta. Lamentablemente el problema estructural se mantuvo en la era panista: desde la alternancia del poder decidida por los electores el año 2000, hasta 2012, cuando los mismos ciudadanos optaron por otras formas de gobierno. En 2012 a nivel nacional se votó por Enrique Peña Nieto y en Morelos por Graco Ramírez Garrido Abreu.

2.- Y así pretendieron algunos grupos de presión que siguieran las cosas bajo los actuales gobiernos. Para nuestro caso, el de Morelos, sobre ese escenario se derivaron la mayoría de conflictos enfrentados por la actual administración, y que tradicionalmente se resolvían por medios extralegales. Así las cosas, cada acción, comentario y decisión que ha tomado el gobernador Graco Ramírez se ha juzgado bajo esos criterios. En los casi tres años y medio que han transcurrido del régimen actual, el Ejecutivo ha marcado definiciones sobre los rezagos y vicios estructurales existentes. Y hasta ahora sigue teniendo oportunidades de manifestarse con respecto a diferentes temas y asuntos.

3.- En más de cuatro décadas de ejercicio periodístico he visto el proceder y estilo personal de diez gobernadores. Siempre enfrentaron las presiones de grupos políticos que pretendieron violar el orden legal. Y en contextos ya registrados por la historia morelense, algunos de esos mandatarios se prestaron a las componendas. Los grupos de presión siempre colocan trampas para que el gobierno negocie la ley o se muestre dispuesto a modificar las normas vigentes. Esto es algo que ocurría y sigue ocurriendo con facilidad, tanto por costumbre, como por el hecho de que las normas y leyes están diseñadas para que no exista alternativa. El gobernador Graco Ramírez Garrido Abreu tuvo la oportunidad de modificar el esquema y optó por apegarse a la ley cerrando los márgenes de acción arbitraria del gobierno. Quiérase o no aceptar y pésele a quien le pese.

4.- Esto ha sido difícil de implementar, pues todo el sistema legal estaba diseñado para hacer posible la arbitrariedad. Dentro de ese estado de cosas, el gobernador no podía ni debía dedicarse a cambiar todo el marco legal vigente. Pero el gobierno se propuso no negociar las leyes, y sin pretender decidir cada resultado la administración estatal ha salido ganando. Sostener ese nivel de disciplina ha sido y sigue siendo complicado y agotador, pero cuando se logre, la población se adecuará a las nuevas reglas del juego. No ceder un ápice ante las “reglas no escritas”. Ya veremos si la tendencia continúa tras el proceso electoral de 2018, cuando quizás vuelva a presentarse la alternancia del poder en Morelos.

5.- Hoy observamos a quienes insisten en exhibir a nuestra entidad como un sitio plagado de ingobernabilidad, con lo cual estoy en desacuerdo. Desglosemos. Algunos elementos que sostienen la gobernabilidad son los siguientes: A) Que el régimen sea legítimo y no necesariamente democrático. El gobierno estatal emanó de elecciones libres y competitivas. B) Eficacia en la gestión pública y capacidad para atender las demandas de la población. Los grupos sociales plantean demandas y varían de acuerdo al contexto histórico e ideológico, de acuerdo a lo que la sociedad cree que son las tareas de un gobierno; por ello lo auditan constantemente. C) Capacidad de integrar a todos los actores, que todos estén de acuerdo con el proyecto de gobierno. Cuando esto no ocurre se generan las crisis políticas que inciden en la gobernabilidad.

6.- Es importante subrayar que a pesar de los forcejeos con determinados grupos de presión y la tensión por ellos generada (mismos que están resueltos), no apareció la ingobernabilidad en Morelos (quiérase o no aceptar y pésele a quien le pese). Sin embargo, sí es preciso admitir que no ha existido suficiente pericia y decisión para aglutinar a los grupos de presión, de tejer alianzas con todos los actores políticos y sociales, la mayoría de las veces porque han pretendido canonjías económicas difíciles de satisfacer. La gobernabilidad se fortalece cuando se instrumentan mecanismos de negociación y solución de conflictos, de manera anticipada y no contingente.

7.- Los adultos mayores agrupados en la Asociación Cívica Morelense que lidera Jorge Guijarro, salieron ayer a las calles para protestar en contra del ayuntamiento de Cuernavaca por altos cobros en predial y servicios municipales. Destaca con este tema el hecho de que paulatinamente aumentan los frentes de conflicto que enfrenta la administración de Cuauhtémoc Blanco y apenas se encamina a cumplir dos meses de mandato. Veremos si su habilidad con los pies logra trasladarla a la mano izquierda para resolver la insensibilidad que le endilgan. gcmemocinta@gmail.com