Por ALEJANDRO CÁRDENAS SAN ANTONIO / MASEUAL
Cuernavaca, Morelos, México, 11 de diciembre de 2025.- Entre miles de jóvenes, aún sigue la inconformidad por lo que debió de ser un sorteo aleatorio en el Servicio Militar Nacional SMN y se convirtió en un veredicto implacable al presuntamente llevar a cabo una represalia selectiva.
Hay inconformidad y enojo juvenil ahora, porque el pasado mes de noviembre, tras la masiva marcha de la Generación Z contra la presidenta Claudia Sheinbaum, el Servicio Militar Nacional reveló cifras que -aunque se intente negar-, gritan que hubo algo cercano a una manipulación en el sorteo para que jóvenes que recién cumplen los 18 años, no tuvieran más opción que levantarse temprano los días sábados e ir a marchar bajo las órdenes de militares.
La evidencia extraña está en que docenas de municipios, hasta el 99% de los jóvenes extrajeron bola blanca, condenándolos a marchar en cuarteles durante meses.
Por ejemplo, en Atlixco, Puebla, de 334 participantes, solo tres salvaron la exención con bola negra; en Mexicali, Baja California, de 1.270, apenas 13 escaparon.
En Saltillo, Coahuila, 3.182 jóvenes se alinearon, con un 95% destinado al encuadramiento activo.
En Parral, Chihuahua, 223 conscriptos: 212 blancos, 11 negros.
A nivel nacional, estimaciones preliminares de la Sedena apuntan a más de 500 mil jóvenes obligados al adiestramiento militar, un salto peculiar y drástico del promedio estadístico histórico del 50 sí y 50 no.
Para miles de jóvenes, esa secuencia es escalofriante y no lo consideran casualidad, pues el 15 de noviembre pasado, fueron miles de manifestantes, principalmente Gen Z, nacidos entre 1995 y 2012. Quienes confluyeron en el Zócalo de la Ciudad de México, desde el Ángel de la Independencia, exigiendo fin a la corrupción, inseguridad y revocación de Sheinbaum.
Consignas como “¡Fuera Claudia!” y “¡Morena, cártel terrorista!” resonaron, unidas a demandas por justicia en el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.
La marcha, apartidista -según convocantes-, escaló y un bloque de encapuchados derribó vallas del Palacio Nacional con martillos y explosivos caseros, dejando un centenar de heridos, otro tanto de policías– y 29 detenidos de los cuales, 13 fueron vinculados a proceso por tentativa de homicidio y daños.
Semanas después, los sorteos del Servicio Militar Nacional –del 16 al 30 de noviembre– parecieron una réplica selectiva.
Un oficial en Atlixco confesó al medio de comunicación Infobae que: “La orden vino de la 25 Zona Militar: 331 blancos, solo tres negros. Instrucción nacional de Sedena para mayor participación”.
En Mexicali, otro reclutador lo confirmó: “No coincidencia, es a nivel nacional”.Testimonios en TikTok y X viralizaron listas de “castigados”: jóvenes identificados en videos de la marcha, ahora con cartillas marcadas en blanco.
La respuesta entonces fue: “Marchamos por libertad, nos mandan a marchar por castigo” -y esto lo tuiteó un estudiante de la UNAM, detenido el 15 de noviembre y sorteado en Coyoacán donde el 90% fueron bolas blancas.Expertos en derechos humanos lo llaman represalia selectiva.
Amnistía Internacional dijo: “Manipular el Servicio Militar Nacional, viola la libertad de expresión establecida en el Artículo 6 Constitucional. Es punitivismo contra disidentes”.
La Sedena justifica afirmando que: “Fomento al orden público, más bolas blancas para 2026, sesiones reducidas a 13 sábados”.
Sheinbaum, desde Palacio, desestimó la marcha como “orquestada por oposición y bots”, pero el silencio sobre el sorteo no deja de alimentar sospechas.
El caso es que de 37 millones de jóvenes en México, 500 mil ahora se levantarán temprano los sábados, estarán bajo orden militar y todo, según, por protestar.
¿Azar o venganza? Por probabilidad y estadística todo indica que sí fue selectivo, por obviedad, tiene tinte de castigo.

Más historias
Desbordada, inseguridad en Cuernavaca
CRÍTICA VISIONARIA
RELIGIÓN Y POLÍTICA EN SIGLO DISTÓPICO