27 abril, 2024

PERIODISMO INDEPENDIENTE EN MORELOS

20 MIL 708 PROMOTORES DE PROMESAS

Por ALEJANDRO CÁRDENAS SAN ANTONIO / MASEUAL

Cuernavaca, Morelos, México, 6 de marzo de 2024.- En México, se contabiliza una población de 126 millones 705 mil 138 personas -y a diario van sumando nacimientos- en un territorio de 1 millón 964 mil 375 Km2 que posee recursos naturales prósperos y variados; en el país, hay una densidad poblacional de 65 habitantes por Km2, el INE afirma que este año 2024 existe una lista nominal de 98 millones 900 mil votantes y se deben renovar 20 mil 708 cargos públicos que implican senadoras y senadores, diputados de la Cámara Baja, diputaciones locales, presidencias municipales, sindicaturas, regidurías y el más alto cargo del país.

Ante esa cascada numérica, permítanme plantear una salvífica metáfora para contextualizar el complejo panorama de lo que ya está encima y caminando al día 2 de junio. Son, literal, 20 mil 708 promotores de promesas, -la gran mayoría de ofrecimientos ya conocidos por reciclados-, y hoy esas promesas volverán a ser aderezadas con esperanza, maquilladas con perifolla, estarán bien cromadas, sin faltar las palabras seductoras, ¡es el tiempo de un nuevo romance después de una relación, para muchos, tóxica! Ojo, nada garantiza la felicidad, no hay que olvidar que nunca “un clavo saca a otro clavo”.

Y esta metáfora va, porque en los cargos públicos, apenas está por terminar el plazo, ya galantea y ronda el rostro de quien busca y quiere cubrir la vacante y el espacio; no es 14 de febrero, pero los mariachis ya están presentes cantando muy románticos en el balcón. Tú eliges: A) Le abres. B) Ni prendes la luz porque estás en compromiso. C) Por furor juvenil o inexperiencia te montas en cualquier aventura. D) No te interesa la letra, pero atiendes el mitote y terminas por votar. E) Corrompes tu credencial del INE por un regalito barato y fugaz. F) Decides ignorar todo y saber qué pasó hasta el día lunes.

En este 2024, -las elecciones más inusitadas de la historia en México-, el éxito es conquistar la presidencia del país que tiene como dote más de 126 millones 705 mil personas sobre un territorio de 1 millón 964 mil 375 Km2 donde hay un amplio y opulento abanico de recursos naturales.

Siguiendo con la metáfora, en este tipo de lance, jamás ha existido un tiempo obligado de duelo, ni de reflexión para recapacitar las omisiones, los incumplimientos, los engaños y con ello evitar en lo porvenir, caer los mismos errores por ausencia de límites y no enfocarse a superar las codependencias.
Aquí, en lo electoral, ocurre lo contrario, antes de acabar esa relación -sucede que remolcados por la ley electoral- ya se tiene que elegir a alguien para la suplencia y por ello, sin digerir con calma lo que dejó o arrebató aquel vínculo de tres o seis años, es lógico que al finalizar e iniciar otra relación con otra administración, lo que sobran son las desconfianzas, las desilusiones, los desengaños, los vidrios rotos, los resentimientos, las demandas y las venganzas.

Un coctel de inconformidades que le sirven muy bien al aspirante en ciernes para alimentar su narrativa y sus propuestas, nutrir sus promesas y perfumar el coqueteo haciendo uso de esas traiciones vividas y experimentadas en la etapa anterior, armar así un andamiaje de atracción, incitar y fascinar, buscando en la idealización, ser la nueva elegida o el nuevo elegido, que anhela esa ciudadanía ahora decepcionada, molesta, dolida, carente y sin esperanza. Como se ve, es la clásica escena de una o un pretendiente oportunista, pero replicado en 20 mil 708 vacantes.

Como se sabe, igual que “en el amor todo vale”, las estrategias políticas en las campañas están atiborradas de apasionamientos, caprichos, arrebatos y ocurrencias inalcanzables, pues el objetivo es conducir y dirigir a quien debe ir a la urna, que vaya cargando un costal de esperanzas y promesas que incluso desafían las leyes universales en la física newtoniana; es decir, el electorado se debe apropiar, creer y votar casi con fe ciega, por el compromiso de recibir luego del recuento de boletas, un envidiable manojo de lunas, estrellas y unicornios en la mano, tal cual se lo prometió su candidata o su candidato.

En torno a esta obligada y voluminosa elección de nuevas y nuevos relevos en administraciones de gobierno, usuarios orgánicos impulsan en redes sociales, mientras los bots viralizan y se forman dos contextos nacionales; por ello, hay serias demandas y exigencias para dar el sí en el voto.
Los reales, dicen que la ciudadanía, la legalidad, la imparcialidad, la verdad de la transparencia, la libertad de expresión, la salud, la seguridad, la paz, la educación, la ciencia, la estabilidad, la honestidad, la Constitución y todas las libertades conquistadas con sangre a través de la historia en esta nación, nunca deben ser esclavas, monedas de cambio ni rehenes del Poder o delincuencia organizada.
Los bots exaltan cualidades casi sobrenaturales del que les factura y dilapida de manera enfermiza al oponente por un mínimo fallo.

El caso es que los mariachis cantarán 90 días en el balcón nacional, las propuestas y las promesas son inagotablemente seductoras y la novedad es que por lo señalado en el párrafo anterior, la Democracia se percibe renuente, hay sospechas de la posible captura de la Suprema Corte, un Congreso que quizá aprobaría reformas constitucionales que afectarían el entorno de negocios, repercutir en el sistema de pesos y contrapesos del Poder, los grupos criminales podrían aprovechar la coyuntura para ampliar su control, se podría acentuar el proceso de militarización en el país, entre otros recelos.

Para el domingo 2 de junio, 20 mil 708 promotores de promesas van a la caza y conquista de la ciudadanía votante del país, son pretendientes a senadoras y senadores, diputados de la Cámara Baja, diputaciones locales, presidencias municipales, sindicaturas, regidurías y en esta ocasión, encabeza la comitiva el premio mayor.

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