26 marzo, 2025

PERIODISMO INDEPENDIENTE EN MORELOS

Toda una vida en el barro


Por HUGO BARBERI RICO / MASEUAL

Tlaquiltenango, Morelos, México, 10 de febrero de 2025.- Tiene 71 años de edad y prácticamente toda una vida dedicada a la producción y venta directa de artesanías de barro verde y negro, proveniente de su natal Oaxaca, ha enfrentado frío, calor, intenso, lluvias y crisis en algunos años, como en este en el que sus ventas resienten una decadencia del 75 por ciento, en relación con el 2023 el último año que vin; se trata de Otilio Maldonado Bazán, instalado actualmente en la Tradicional Feria de La Candelaria de Tlaquiltenango 2025, donde se distinguen sus productos de otros.
Despacha entre adornos colgantes de barro verde esmeralda, de otros artículos de lujo de barro negro mate y brillante, de prominentes ollas de barro cafés y rojizas, para el almacenamiento de agua, de esas que conservan el agua fresca pese a las temperaturas que por aquí superan los 42 grados Celsius en primavera y que, además, con un sabor a barro.
El señor Otilio, de cabello entrecano, de piel morena, ojos pequeños y de baja estatura, muestra casi en todo momento una sonrisa mientras habla, con amabilidad, ofrece un banquito gris de plástico para que nos sentemos rodeados de alcancías, trastes de barro para cocina, juguetes, todo artesanal, pero también junto a cajas, entarimados, tubulares, bolsas de plástico, papel periódico y en todo momento viendo un petate.


Sentados de frente, quedamos atentos a lo que contesta y de lo que cuenta nos enteramos del azaroso destino de un comerciante de feria y precisamente nos dice que, por ejemplo, aunque le afectó la pandemia como a muchos otros ferieros y demás comercio, lo cierto es que hay recuperación, pero también, de repente, hay años flojos, como éste, donde sus ventas han caído en un 75.6 por ciento en comparación con años anteriores.
Los vaivenes de las ventas nunca lo han detenido, relata seguro, de hecho, da buena cara en la entrevista, sonríe, justamente es una persona de gesto amable que menciona que no le gusta discutir, pelear, polemizar, prefiere estar en paz, ganarse a las personas. Como anécdota cuenta que causó mucha sorpresa ante autoridades, porque al llegar a Tlaquiltenango logró amistad con una de sus vecinas en la feria, “decían que era muy difícil de tratar, pero a mi me gusta la amistad, si me dicen que es negro porque así lo ven, yo los respeto, aunque yo lo vea blanco”.
—Lo que pasa es que a la gente hay que saberlos tratar… con mi vecina hemos congeniado, solo son 20 días y luego me voy y al siguiente año vuelvo a venir, qué caso tiene que ande yo buscando problemas con la gente y de la misma gente yo me esté cuidando, al contrario, ahí unos y otros nos estamos cuidando… hay que tomarnos en cuenta, todos necesitamos de todos, si de una piedra necesita uno, cuantimás de un ser humano. —Así expone su postura.
Y es cierto, parece que también ve la vida en otra perspectiva, cuando se le preguntó qué tal las ventas, emitió el sonido del “hmmmmm”, sin dejar de esbozar la sonrisa y dijo: “este año sí están muy bajas las ventas” y mostró su libreta donde lleva los apuntes de cada día de feria y lo comprueba: el lunes 6 de febrero de 2023 vendió 3000 mil pesos y el 6 de febrero de este año 700.
En un “cerro que contiene agua” de Oaxaca, se produce el barro verde
Otilio Maldonado, es un septuagenario nacido en Santa María Atzompa, del estado de Oaxaca, un lugar que por su naturaleza el nombre puesto en lengua náhuatl quiere decir “cerro que contiene agua”.
Dese niño aprendió viendo el oficio de artesano en barro, pero también de yeso. De hecho, lo encontramos en su puesto cercano a la entrada principal del ex convento de Santo Domingo de Guzmán de Tlaquiltenango, resanando figuras de yeso y cemento.


Dice con orgullo que lleva 35 años vendiendo sus productos directamente en la feria de Tlaquiltenango, pero también participa en la Tradicional Feria de Año Nuevo de Jojutla, en Amecameca, en Tepalcingo, en el Arenal estado del estado de Hidalgo, en Semana Santa en Iztapalapa, en Tultitlán, Estado de México, en San Cristóbal Ecatepec, en Zacatepec, Morelos, en Ocuituco, en Tlaltenango, de Cuernavaca, Morelos, en la Central de Abastos de Cuautla, etc., en ese orden mismo que van las ferias durante el año.
Ha dejado de asistir en algunas ferias por los altos cobros que les llegan a realizar los ayuntamientos, cuenta, como es el caso del Estado de México “ahí exageran, cobran demasiado”. Para instalarse, los artesanos “ferieros” están obligados a vender más caro, debido a que tienen que pagar su impuesto por establecerse, con la consecuencia obvia de vender más caro sus productos, la situación se complica y prefiere dejar de ir.
Comenta en la charla que venía con familia, “pero pasando el tiempo la familia se cansó”.
La entrevista se dio en un ambiente tranquilo, al medio día, parte de los momentos de tranquilidad para todos en el “recinto”, previo a sentir el calor fuerte que provoca el sol de la tarde para el que son insuficientes las lonas delgadas que los cubren.

(el barro) verde que es sometido hasta 950 grados, por ende, también es más resistente


Don Otilio, comenta que su esposa se queda en casa, tuvo dos hijos, la parejita, pero ya crecieron “ya hicieron sus vidas” y no se dedican a lo mismo. Uno está en Estados Unidos “y ahí tiene que seguir, mientras no lo corra Trump”, dice y sonríe, mientras que su hija, se casó con una persona que administra una bodega, ninguno de los dos quiso continuar con la herencia de las artesanías. Es , en efecto, un artesano de “toda la vida” y de herencia, sin embargo, también aclara que sus papás solo producían los artículos de barro verde y negro, no salían a otros estados a venderlos en ferias, ya que antes “no era tan fácil comprarse una camioneta y trasladarse, solo se pensaba lo que se pudiera vender en la central de abastos de la capital (Oaxaca). No se pensaba nunca en comprar un vehículo. Cargaban la mercancía en burros o ellos mismos o en viajes que rentaban como servicio de taxi”, añade.
De acuerdo a lo informado por el señor Otilio, siempre las mismas piezas porque son piezas auténticas de la región de “Valles Centrales” que no tan fácilmente son copiadas, “pirateadas”. Por cierto, este artesano con décadas de basta experiencia en el ramo, tiene artesanías que se trabajan en dos pueblos, el vidriado en verde que es originario de Santa María Atzompa y el negro, que es de San Bartolo Coyotepec, donde producen los trastes de barro negro, este último no resiste altas temperaturas como el caso del verde que es sometido hasta 950 grados, por ende, también es más resistente. El negro es más para decoración.
En su puesto hay candeleros, salseras, jarros, ollas para cocina y agua, cazuelas, alcancías de yeso y cemento, “pajaritos” de barro negro que sirven como silbatos con agua semejante al canto de pájaros con vida. Vende de todo un poco.

Venta pésima
—¿Y cómo le va en la venta? —Se le pregunta y toca uno la herida.
—Uy no, esta pésima. —Responde con seguridad y lo atribuye a que derivado de la crisis migratoria generada por la administración del actual presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump MacLeod (hace redadas para correr del país a latinoamericanos), vienen menos a México, hay menos visitantes, pero también lo atribuye a la carestía, la devaluación de la moneda, ya que los visitantes “compran, pero cosas pequeñas, como alcancías de 25 pesos y no de 60”.
—Creo que es cierto el dicho que “muchos que van a la feria, miran y no compran nada”. —Se le comenta, después de que dos familias diferentes preguntan por los artículos y se van sin comprar y responde con risa tardada y asienta con la cabeza, luego confirma que así es, pero que sigue adelante, que siempre ha salido adelante.
—¿Quiénes son los que más le compran?
—Los que vienen de Estados Unidos, vienen por sus trastes y se los llevan. Les gusta mucho las piezas de barro verde. Ahorita con esto (el problema migratorio) ninguna persona que radica en Estados Unidos ha venido (a la feria), nomás la gente… que es aquí de la región… han venido a consumir… (antes) venían y compraban sus piezas porque ya iban de regreso, ahora no sé si es que vinieron pues ya se regresaron o ni siquiera salieron, por eso es que no hubo demanda.
Sin embargo, sigue adelante, “aquí estamos presentes cada año, traemos las piezas para que puedan adquirirlas a bajo precio, incluso, con precios más económicos que en mercado de artesanías del mismo Oaxaca, porque es venta directa del productor”, termina.

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