13 julio, 2025

PERIODISMO INDEPENDIENTE EN MORELOS

LA INTERMINABLE INSEGURIDAD

SIN CORTAPISAS

Por PATRICIA CASTRO CEDILLO / MASEUAL

  • * Morelos ¡en “llamas”!

Cuernavaca, Morelos, México, 30 de mayo de 2025.- ¿Agotar líneas de investigación? ¿ataque directo? ¿día? ¿tarde? ¿noche? ¿colonia? ¿pueblo? ¿ciudad? ¡Qué más da! La cruenta y lacerante realidad es la que continúa, una y otra vez, abofeteando a Margarita González Saravia y a José Luis Urióstegui Salgado, gobernadora del estado y alcalde de Cuernavaca, respectivamente.

¿Y la Fiscalía General del Estado? ¿y el Tribunal Superior de Justicia? ¿y el fiscal? ¿y los diputados? Todos, absolutamente todos, continúan, desde sus trincheras, con sus luchas intestinas del poder por el poder, con sus declaracionitis y acusaciones a sus opositores, con sus cacerías de brujas, con sus pantomimas y promesas falsas de poner tras las rejas a quienes han saqueado a Morelos.

Acá no importa el orden, finalmente no se altera el producto, porque de una u otra forma los antes citados cumplen cabalmente con uno, varios o todos esos señalamientos fundados sí, porque son del dominio público, porque se han encargado de hacer declaraciones, ya sea en sus redes sociales o a través de lo que se publica en los diversos medios de comunicación.

La víctima, en esta ocasión, tuvo que ser la hija de reconocida funcionaria pública para que ahora sí todos los antes citados se pronunciaran para reconocer al gobierno fallido; a la nefasta estrategia de seguridad implementada por las autoridades; para que ahora sí todos buscaran reflectores para salir como paladines de la justicia, exigiendo lo que desde hace años viene clamando la población: seguridad.

¡Y no! No es con publicación de esquelas, con pésames, lamentaciones y condolencias de los distintos poderes como se reconfortará a la familia de la reconocida abogada y funcionaria Sara Olivia Parra Téllez por el asesinato de su hija. ¿Por qué esperaron tanto y tanto tiempo para salir a cuadro para echar culpas de la inseguridad que sentó sus reales en la entidad? ¿por qué mejor no se pusieron a trabajar de manera coordinada desde años atrás para prevenir e inhibir los delitos de alto impacto?

El hubiera no existe; lo que sí, es que lamentablemente Sarah N fue una víctima más de la inoperancia de las autoridades en materia de seguridad, porque por más que digan los titulares de Seguridad estatal y municipal el problema se les fue de las manos y sólo dan patadas de ahogado.

Hay enojo de la población, justificado éste, porque los asesinatos continúan, así como los asaltos con violencia, robos de vehículos a punta de pistola, con lamentables consecuencias, como se ha visto, robo a comercios, a transeúntes; en fin, Morelos cuenta con una vasta gama de delitos que se cometen ante la apatía gubernamental y de los ayuntamientos y tal parece que los enorgullece, porque si fuera lo contrario, ya hubieran hecho algo para erradicarlos.

¿De qué sirven las marchas por la paz? ¿el clamor social para poner un alto a la violencia? ¿de qué sirve que las familias de otras víctimas directas o colaterales se manifiesten exigiendo justicia, si sus demandas han sido ignoradas y con declaraciones superfluas de quienes gobiernan creen que calmarán esa sed de una verdadera justicia?

Es hora de que Margarita González Saravia deje sus recorridos por el estado inaugurando obras o entregando programas sociales, cuando lo verdaderamente importante (sin menospreciar las obras públicas que son necesarias) es que se devuelva a Morelos la tranquilidad fenecida.

Tampoco se trata de echar culpas y decir que la entidad no está exenta de padecer este flagelo; se trata de que implementen operativos y recorridos policiacos; se trata de que los policías estén capacitados para que al momento de las detenciones rindan un Informe Policial Homologado completo y sin errores para que no se viole el debido proceso y los presuntos salgan libres; se trata de que los primeros respondientes no contaminen el lugar de hallazgo.

Se trata que desde la cámara de diputados se legisle para endurecer las penas; se trata de que los jueces sean implacables y escuchen a las víctimas; se trata pues, de muchas situaciones anómalas que, en su conjunto, logran que la impartición de justicia no sea ni pronta ni expedita, mucho menos gratuita, dando como resultado un incremento desmedido en los delitos que se cometen diariamente en Morelos, donde Cuernavaca es uno de los municipios que se llevan las palmas.

¡Claro! ¡Claro! Huitzilac, Jiutepec, Cuautla, Emiliano Zapata no “cantan mal las rancheras” porque también esos municipios sobresalen por los múltiples homicidios que se han cometido, así como otros delitos de gran envergadura; pero en general todo Morelos se encuentra en llamas.

¿Qué se requiere para cambiar este panorama violento? ¡qué! Porque la sociedad morelense muestra un hartazgo ante esas actitudes pasivas e inoperantes. Esto, porque los secuestros, desapariciones, persisten. No es un problema nuevo, eso es un hecho; pero gobiernos van y vienen y la situación sólo se recrudece; no hay cambios positivos; no hay mejoras; no hay pues una certeza de que en un futuro mediato otras familias no sean víctimas.

Se confía que, con este suceso tan lamentable, que se suma a la larga lista de los que se cometieron ese mismo día y en días posteriores, tanto la gobernadora como los alcaldes dejen las declaraciones y hagan un frente común para proteger la integridad física y bienes de quienes en Morelos habitan. Ya se verá. Ya se verá.

En tanto, sólo resta a los ciudadanos extremar precauciones para evitar ser parte de las estadísticas que tienen sumido al estado en una vorágine de incertidumbre y terror. Ya se verá.

About The Author