19 mayo, 2024

PERIODISMO INDEPENDIENTE EN MORELOS

PROPAGANDA, POLITIQUERÍA Y CONSERVADORES

Por ALEJANDRO CÁRDENAS SAN ANTONIO / MASEUAL

Cuernavaca, Morelos, México, 27 de septiembre de 2023.- La propaganda, tiene una línea muy delgada en diferencia con la politiquería, la primera es una técnica de comunicación persuasiva y su objetivo es influir en las actitudes y comportamientos de las personas, se emplea en el ámbito político, lo practican los partidos y los candidatos para convencer a los votantes, mientras que el uso de tácticas y estrategias engañosas, mezquinas y manipuladoras que ponen los intereses individuales por encima de los intereses de la sociedad y del bien común, es una clara descripción de cómo hacer politiquería y según se aprecia, van de la mano.

En México, durante esta administración, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, se ha encargado de ilustrar a la ciudadanía de manera constante desde la tribuna de las Mañaneras, cómo es que los “conservadores”, llevan a cabo esta práctica dual y lo siguiente, son algunos ejemplos:

Dice él, actos de propaganda: los videos donde pobladores de Chiapas aplauden el desfile de un grupo armado que pretende liberar vías de comunicación; politiquería, la quema de los nuevos libros de texto gratuitos; propaganda, la iniciativa de republicanos para que las Fuerzas Armadas de Estados Unidos intervengan en México y combatan a cárteles; politiquería, que Texas catalogue de terroristas al CJNG y al Cártel de Sinaloa; propaganda, un artículo de la revista inglesa, The Economist, donde le dicen, “falso mesías”; politiquería, el informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre los derechos humanos en México, que aseguran la persistencia de altos niveles de impunidad en el país; propaganda, la quema de tiendas de conveniencia y actos de violencia en Apatzingán, Buenavista y Uruapan por grupos criminales en el estado de Michoacán; politiquería, la exigencia de la gobernadora de Chihuahua para que el gobierno federal, detenga los flujos migratorios; propaganda, los hechos de violencia un fin de semana en los estados de Baja California, Chihuahua, Jalisco y Guanajuato donde se registraron 196 homicidios dolosos; politiquería, el proceso de elección del Frente Amplio.

¿Y quiénes son entonces en México, los llamados conservadores? Según el diccionario, los conservadores son aquellos partidarios de mantener los valores políticos, sociales y morales tradicionales y se opone a reformas o cambios radicales en la sociedad, pero; ¿según la conceptualización del Presidente, desde la tribuna de Palacio Nacional quiénes son?

Se ha señalado y difundido por el micrófono, las pantallas, los impresos y las redes sociales, que son los artistas, cantantes, actores, activistas, intelectuales y ambientalistas que se opusieron a la construcción del Tren Maya, feministas que en sus marchas y pintas exigen derecho al aborto y fin a la violencia de género, funcionarios del INE que se opusieron a su plan B de la Reforma Electoral, la FIL de Guadalajara por ser un “foro del conservadurismo” por las críticas a su gobierno, aquellos que juzgaron los resultados de la encuesta internacional que lo colocaba como el segundo mejor mandatario evaluado del mundo, aquellos que sean candidatos opositores en las próximas elecciones y de paso recomendó: “que no se vote por el bloque conservador, para que siga la transformación, ¡ni un voto a los conservadores!, ¡sí a la transformación!, ese es el Plan C…”, también son conservadores los funcionarios de Texas, Estados Unidos, por su odio hacia los inmigrantes, los que criticaron la llegada de la Guardia Nacional al Metro de la Ciudad de México asegurando que eso era una militarización, cualquier trabajador de la información y medio de comunicación que cuestiona en sus notas, reportajes o columnas, sus obras emblemáticas que se destacan por monumentales pero inacabadas, la clase media por su estilo de vida “aspiracionista”, los cinéfilos que aplauden la película titulada “¡Que viva México!” porque es un proyecto para conservadores y está en contra de su gobierno, a los lectores del escritor mexicano que dijo que “Si se pudiera regresar a la época de la inquisición yo colgaba a cada uno de los, no, no colgaba… Quemaba vivo a cada uno de los ‘morenistas’ en el Zócalo capitalino”, la llamada mafia del poder, que por lo general son los señores del dinero y exfuncionarios de primer nivel, entre algunos ministros de la Suprema Corte de Justicia, también, que no han dado -sin examinar- el voto a sus causas.

Así las cosas a lo largo de cinco años y aún falta casi uno, para elegir a un nuevo primer mandatario.

Que se note entonces, que aquí no hemos hablado sobre un verdadero debate que sirve para fortalecer la democracia, ese sistema político que defiende la soberanía del pueblo y su derecho a elegir y controlar a sus gobernantes, porque se supone que en México es algo que se practica y es de facto, pero una cosa son las definiciones y pueden ser hasta confusas y tediosas, pero otro plano es la vida real donde la práctica acredita y marca la sutil diferencia entre la politiquería y la propaganda y además, con hechos documentados, queda acreditado que desde las mañaneras, a quienes califica el presidente como conservadores, tienen un denominador común y es bíblico si recordamos lo que señala Mateo en su evangelio, en el capítulo 12, versículo 30, una consigna que en el fondo, -y hay que admitirlo- tiene también en su esencia, mucho de propaganda político-religiosa: “…el que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama”.

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