TRAGEDIA EN RANCHERÍA TLAHUICA

Por HUGO BARBERI RICO / MASEUAL

Tlaquiltenango, Morelos, México, 31 de enero 2025.- De un tiro certero al pecho, asesinó al medio día de ayer a su ex esposa y luego del acto, se fue tranquilo a su domicilio, también de la comunidad de Coaxitlan, donde aumentó la tragedia, se apuntó al pecho y acabó con su vida. El caso, narrado por vecinos del lugar, se dio en dos puntos de esta lejana ranchería que se ubica en los límites de Morelos con Guerrero, un lugar cuya principal actividad es el campo.
Fue una situación que conmovió a la comunidad, totalmente inesperada, pese a que los vecinos refieren que ya lo había advertido.
Habitantes de Coaxitlan, comentaron que la pareja tenía por lo menos tres años que se habían separado, “ambos eran personas ‘a toda madre’. Solo él cuando tomaba llegaba a decir que la mataría y que él también se iba a dar un balazo. No se le creía, pues cuando estaba en su juicio era muy tranquilo y sonriente, pero cuando tomaba era aguerrido pues y si llegó a decir que la iba a matar y luego se mataría él”, comentaron vecinos a este periódico.
Ayer, poco antes el medio día, en la calle Francisco I. Madero, sin número, se oyó el fuerte disparo de una escopeta, era una tipo automática, de calibre 12 y con seis tiros, de acuerdo a la información obtenida en el lugar donde Audón, de aproximadamente 59 años de edad, así fue identificado el presunto suicida y homicida, quien habría dado muerte a su ex esposa, Julia, de aproximadamente 48 años de edad. Más tarde, los vecinos de la calle de la única clínica de la ranchería, rumbo a la barranca, donde vivía el señor Audón, escucharon otro disparo. Ahí quedó bocarriba y con los brazos extendidos. Se detalló que para facilitar su disparo amarró su rifle con mecates a la horqueta de un árbol y con ayuda de otro mecate que ató del gatillo, fue como logró dispararse al pecho.
“Estamos todos aquí asombrados, porque nunca imaginamos que en una ranchería, en un pueblo, ocurran esos casos”, refiere un vecino que, como los demás consultados, pidieron el anonimato.
Hasta las 16:30 horas, el cuerpo de Audón aún no era levantado por las autoridades forenses.
A los fallecidos les sobreviven tres hijas y seis nietos.