Por PATRICIA CASTRO CEDILLO / MASEUAL
- * ¿Habrá visos de seguridad tras elecciones pasadas?
Cuernavaca, Morelos, México, 20 de junio de 2024.- Han transcurrido ya 18 días de las elecciones concurrentes celebradas en México, y, en Morelos, los candidatos ganadores a los diversos cargos de elección popular han recibido sus respectivas constancias que los acredita como los próximos servidores públicos que tendrán la encomienda de sacar del atolladero en el que se halla el estado, no sólo en materia de seguridad, sino de obra pública, servicios públicos, entre otros rubros.
En esa “fiesta democrática”, como la llama el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac), que enfatiza que los ganadores fueron los ciudadanos, es decir, quienes acudieron a depositar su voto a la urna, en la que participaron casi el 60% de quienes integran el padrón electoral. Es importante señalar que la preparación de las elecciones fue por demás tediosa, cansada, desorganizada mayormente, puesto que quienes realizaron gran parte del trabajo fueron los Capacitadores Asistentes Electorales (CAE) tanto federales como locales, en conjunto con los funcionarios de la Mesa Directiva de Casilla.
Muchos ciudadanos insaculados abandonaron las casillas, ya sea por temor a la inseguridad, ya sea por no recibir el dinero prometido (más de lo que les tendrían que dar) dejando la responsabilidad a los Cae locales, lo que originó que muchas urnas no fueran entregadas en tiempo y forma al Consejo Municipal del Impepac, lo que dio pie a que los candidatos perdedores iniciaran los procedimientos de impugnación, pues aseguran que ellos fueron los ganadores, tildando el proceso como amañado. En ese sentido, serán las autoridades electorales correspondientes quienes resolverán lo conducente.
Lo anterior es tan sólo un antecedente somero de lo que se vivió el 2 de junio pasado, pero, ahora la sociedad, tanto la que cumplió con su deber cívico como la que optó por no votar, se pregunta ¿habrá visos de seguridad tras las elecciones? Se espera que así sea, porque al menos, en lo concerniente a Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado va por su segundo periodo al frente de la alcaldía citadina, tras lograr, en coalición, obtener los sufragios suficientes para ir por su segundo periodo en el cargo de presidente municipal, por lo que tiene la encomienda de no cometer los mismos errores que ha estado cometiendo en materia de seguridad.
Los habitantes de Cuernavaca continúan siendo rehenes de la inseguridad; siguen siendo protagonistas y testigos de los cruentos hechos violentos que acontecen diariamente en la ciudad capital, ante la incapacidad e ineficacia de su aún titular de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (Seprac), Alicia Vázquez Luna; por lo que una de las tareas primordiales que tiene Urióstegui Salgado es no mantener en el cargo a esta señora, por la simple razón de que no ha dado resultados fehacientes.
Descuartizados, embolsados, asaltos violentos, ejecuciones, personas no localizadas, entre otros hechos, forman parte ya de la imagen urbana de Cuernavaca “La Ciudad de la (otrora) Eterna Primavera”; forman parte ya de la cotidianeidad, de la mal llamada “normalización” de los actos delictivos ante esa falta de coordinación no sólo estatal, sino federal, para realmente contrarrestar estos flagelos que lastiman, laceran y enlutan cientos de hogares.
Tiene el alcalde electo la oportunidad de expiar culpas por su ineptitud; tiene la oportunidad de, esta vez, no fallarle a los cuernavacenses. Para ello, deberá rodearse de personas calificadas, que cuenten con el perfil para los distintos cargos donde se maneja información sensible; tiene pues, la oportunidad para no justificarse y ahora sí, trabajar en beneficio de la sociedad que volvió a confiar en él para llevar las riendas del municipio y no sólo dedicarse a “pagar facturas” y poner a personas no calificadas en cargos de gran responsabilidad.
Pero bueno, en tanto llega el tiempo de cambiar a tooooddddoooo su gabinete, el próximo 24 de junio retoma su función como alcalde y deberá, es más, está obligado, a redoblar esfuerzos para “mantener el barco a flote”; a implementar estrategias para que se inhiba a la delincuencia, aun más, debe ejecutar mayor obra pública, generar empleos y demostrar con hechos que la gente no se equivocó al reelegirlo.
Así pues, la “verbena electoral” terminó; unos ganaron, otros perdieron, y no se duda continúe la lucha intestina para impugnar lo que se pueda; ya está una Alejandra Flores tratando de demostrar que ella ganó y que el extravío de urnas tiene mucho que ver en su derrota, empero, se reitera, en este tenor corresponderá a autoridades electorales resolver esas impugnaciones.
En tanto, no hay calma, no hay certidumbre social; en el día a día se siguen presentando hechos delictivos que dejan mal parado al alcalde. Se está a tiempo para recomponer la estructura del municipio y haga los cambios de directivos que tenga que hacer para que la sociedad citadina no se lamente de haberlo elegido nuevamente. Tiempo pues, para ver si las cosas cambian para bien o continúa la misma dinámica destructora de la paz social. Ya se verá.
Más historias
VIOLENCIA SIN FRENO
En el abandono, el Parque “San Miguel Acapantzingo”
AFERRADO PROBLEMA DEL DESEMPLEO