20 mayo, 2024

PERIODISMO INDEPENDIENTE EN MORELOS

LAS JÓVENES DECIDIENDO EL FUTURO

Por ALEJANDRO CÁRDENAS SAN ANTONIO / MASEUAL

Cuernavaca, Morelos, México, 19 de diciembre de 2023.- No me refiero al programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” eso es una política social proteccionista que tiene su raíz estratégica en coaccionar votos para 2024 a cambio de 7 mil 572 pesos mensuales a partir de enero; -ojo-, yo hablo de las jóvenes decidiendo el futuro.

Ellas, por mera estadística y sentido común, son potencialmente quienes decidirían el tan anhelado resultado electoral entre las dos contendientes presidenciales.

Uno de varios datos que sugieren esta hipótesis, es la radiografía que de las y los 98 millones de ciudadanas y ciudadanos que estarán en posibilidad de votar en 2024, el 52 por ciento de la Lista Nominal Electoral son mujeres; o sea, hay más de seis millones de mujeres de entre 18 y 22 años y esas jóvenes, significan la parte complementaria y fundamental para el voto duro, institucionalizado o corporativo, que en este momento no alcanza para garantizar ni señalar el gane de alguna precandidata.

Otro dato, es que ellas son parte de una nueva generación que se caracteriza por la indiferencia en interesarse en temas políticos, pero son sin duda, parte de la nueva era digital. Sus hábitos, conceptos, intereses, valores éticos y morales, los absorben más que en el núcleo familiar, a través de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, en especial las redes sociales y en esas plataformas digitales, es que crean sus propias comunidades, interactúan y forman la globalidad.

Es a través de estas nuevas herramientas, como a las cibernautas se les contacta y entonces dan signos de vida.

De acuerdo al INEGI y Way2net, las mujeres de 18 a 24 años, pasan 8 horas al día en las redes sociales y emplean de manera predominante Facebook y WhatsApp y están solo tres puntos por debajo de los hombres que contabilizan el 95% en el uso de internet en el país.

Es de recordar que las plataformas de redes sociales como Facebook y WhatsApp se están convirtiendo en los principales canales de participación política y también, por desgracia, en las plataformas más socorridas para difundir datos falsos y generar incertidumbre, independientemente de que estas y otras redes sociales igual de populares, se han usado para mostrar información superficial, fragmentada, parcial y sin reflexión por parte de usuarios con perfiles falsos.

Por otro lado, hay usuarios de redes sociales con carisma y han logrado reemplazar a empresas formales de publicidad, convirtiéndose en personalidades de influencia, alejados de formalismos y por ser celebridades entre las mismas juventudes, hoy sugestionan a quien se identifica o proyecta con su personalidad y la manera de realizar mensajes y es por ello que, en estas elecciones, -para la propaganda- se echará mano de ellas y ellos para ganar adeptos y votos indecisos de ese sector.

Hay un caso sobresaliente en Monterrey, si se busca un ejemplo del arrastre que logra hoy en lo muy emotivo, lo espontáneo y la frescura, una joven “influencer” involucrada en política, que arbitra y tutela los contenidos de sus redes sociales.

Va un dato menos virtual y más revelador en la realidad tangible de las mujeres jóvenes. Se trata de lo que ha documentado desde hace un par de años la doctora en sociología, Lucía Álvarez Enríquez, investigadora titular del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Máxima Casa de Estudios, la UNAM; la académica afirma que:

“…desde hace un par de años hay una creciente y vigorosa movilización de mujeres jóvenes que han tomado el espacio público -calles, plazas, universidades, medios masivos y redes sociales- y han protagonizado a la fecha uno de los movimientos más novedosos, radicales y estimulantes de las últimas décadas motivados por los feminicidios, las agresiones, el acoso, la violación, el secuestro, la trata, el amedrentamiento, la discriminación y el abuso presente en múltiples espacios -laborales, escolares, familiares, etc.- han sido signos inequívocos de un permanente asedio a las mujeres, que lejos de disminuir se ha agudizado en los últimos años”.

Estos datos concretos y consecuentes comprobados por la doctora en sociología, pueden ser un hilo fino en la decisión vital para la democracia en el futuro; las aludidas, podrían decidir ese futuro, y no solo por la carnada del programa social de coacción de voto a “Jóvenes Construyendo el Futuro”, que es dirigido a aquellas y aquellos que tienen de 18 a 29 años y que no estudian o que no trabajan.

Ellas entonces, podrían estar decidiendo el futuro, ellas, las jóvenes, son las que por miles realizan marchas de protesta y hacen pintas para ser escuchadas en sus demandas a participar en la toma de decisiones de un gobierno; buscan, mejorar el sistema de justicia, el derecho a la salud, erradicar la violencia, quieren más oportunidades en educación y trabajo y su lista es amplia por años de indiferencia, y entre sus demandas, el derecho al aborto.

En lo general, las mujeres jóvenes necesitan muestras claras de sororidad y no solo en las urbes donde hay servicio de internet y redes sociales, sino allá en las comunidades aisladas, en las rancherías y los poblados donde ellas viven el miedo, la falta de empatía, la desesperanza y la indignación.

De acuerdo con lo que muestra la historia y las evidentes estadísticas, ellas podrían estar decidiendo el futuro, la democracia electoral y no cualquier programa social.

En el fondo, las jóvenes podrían sufragar por quien entienda qué significa ser mujer y sepa qué es lo que hay que cambiar a su favor.

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